Voces del Periodista Diario

Un asesino a la presidencia

Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George

Don Manuel Buendía fue asesinado el 30 de mayo de 1984. Catorce meses después fue puesta en circulación una novela con la que, según lectores maliciosos, se pretendió justificar el asesinato del incómodo columnista.

Según esa lectura suspicaz, se pretendería afectar al mismo tiempo la carrera política de don Fernando Gutiérrez Barrios y la de por si maltrecha fama de un dirigente petrolero que, en la vida real, fue encarcelado en enero de 1989.

Dos años después de la aparición de aquella novela, sin sello editorial comercial circuló casi de mano en mano el libelo Un asesino a la presidencia, cuya trama parte de registros periodísticos de los años cincuenta.

De esa publicación cuasi clandestina se responsabilizó de su patrocinio financiero al “líder moral” de los petroleros Joaquín Hernández Galicia y, de su auspicio político, al citado Gutiérrez Barrios.

En las elecciones de 1988 surgió Presidente Carlos Salinas de Gortari, como producto de controvertidos resultados electorales.

Los asesinatos del cardenal de Guadalajara Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993; del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994, y de José Francisco Ruiz Massieu, en septiembre de 1994, sirvieron para sembrar la tesis de la restauración de los Crímenes de Estado.

Después de concluir aquel aciago sexenio, el fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano contó unos 600 asesinatos de militantes de ese partido.

En el crimen de Ruiz Massieu fue implicado su ex cuñado Raúl Salinas de Gortari (por esa causa estuvo preso diez años). Ernesto Zedillo confió la investigación del asesinato de José Francisco, a su hermano Mario Ruiz Massieu. Éste denunció interferencias en las averiguaciones; renunció y al tiempo fue encontrado muerto en una prisión de los Estados Unidos.

En 1997 circuló como reguero de pólvora la versión del secuestro de Gutiérrez Barrios, ya ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Gobernación. Fue reciclado en 1999 y en 2000 llegó al Senado.

El 6 de diciembre de 2004, en un paraje boscoso del municipio de Huixquilucan, Estado de México, fue encontrado con la cabeza dentro de una bolsa de plástico el cadáver de Enrique Eduardo Guillermo Salinas de Gortari. Se le consideraba “cerebro financiero” de su hermano Raúl y era imputado de lavado de dinero.

En el curso de la indagatoria, el procurador general de Justicia del Estado de México, Alfonso Navarrete Prida declaró que revelaciones sobre el crimen “harían temblar a la clase política”. No ocurrió. Hoy es secretario federal de Trabajo y Previsión Social.

Raúl Salinas de Gortari fue absuelto finalmente en 2005, ya en los meses crepusculares del panista Vicente Fox Quesada. En el actual sexenio, se le han restituido sus bienes patrimoniales.

En semanas recientes, ha creado estado el supuesto de que el ex diputado Manuel Muñoz Rocha se encuentra de nuevo en su rancho en Tamaulipas. A Muñoz Rocha se le atribuyó la autoría intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu. Se mantuvo refugiado en el estado de Texas (USA).

1988-2017, es el periodo de la era neoliberal y estamos de entrada a la sucesión presidencial de 2018. Es de hacer votos porque la maquinaria infernal que mueve la política en México sea clausurada. Se vale soñar.

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