Voces del Periodista Diario

Cascabeles al gato

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

 

Pongámosle doble piso al asunto del espionaje en México, ahora reciclado por una denuncia publicada en The New York Times.

Hace poco más de cinco años, la ex secretaria de Desarrollo Social de Vicente Fox y secretaria de Educación Pública de Felipe Calderón, Josefina Vázquez Mota, en plena campaña electoral por la Presidencia de México nominada por el PAN, se sintió herida por fuego amigo.

Sucede que se filtró a los medios una grabación telefónica comprometedora para la candidata panista. La señora Vázquez Mota le puso nombres a su queja de la que no nos enteramos si finalmente introdujo a la PGR, como anunció: Acusó de espionaje al entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y de haber hecho la filtración a los medios  a Alejandra Sota, vocera en esos días de Los Pinos. Punto.

A finales de 2014, representaciones de dos partidos políticos nacionales acudieron a la Secretaría de Gobernación (Segob), solicitando su titular, Miguel Ángel Osorio Chong, se les apoyara para elaborar el perfil de los candidatos a diputados en las elecciones federales intermedias de 2015, a fin de prevenir estuvieran implicados con el crimen organizado.

Se supo desde entonces, y fue visible su presencia en los estados, que esa tarea fue encomendada a agentes del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen) de la Segob, única instancia civil idónea par el caso, aunque en su nómina aparecen activos de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina Armada de México.

El espionaje, como toda tarea de Inteligencia, por su propia naturaleza es una operación clandestina. Pero que partidos políticos lo hayan solicitado a la dependencia responsable de la política interior, casi le da estatuto de espionaje institucionalizado.

Hay pájaros en el alambre

En el caso de los periodistas mexicanos cuando predominaba la comunicación telefónica, era común la advertencia si se hablaba con gente del gobierno o con militantes de la oposición sobre temas delicados: Mídete, que hay pájaros en el alambre o hay ropa tendida.

Es asunto tan viejo como el teléfono de cable. Ahora se conoce todo el complejo tecnológico que facilita nuevas formas de intromisión en la privacidad de las personas. Los periodistas no están a salvo de esas perversas operaciones.

Cobró dimensión internacional la cuestión mexicana por su registro en un diario tan importante e influyente como el neoyorquino citado, que entre los “objetivos” de espionaje listó a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos y los tipificó como víctimas de esas prácticas del gobierno.

Por supuesto, en reacción inmediata, la vocería de la presidencia de la República y la Segob salieron al paso a la versión periodísticas y desmintieron que el gobierno de la República espíe a nadie.

Ayer, Enrique Peña Nieto perdió la oportunidad de guardar silencio. Anunció que instruyó a la Procuraduría General de la República proceda a darle celeridad a la investigación correspondiente. No se podía esperar otra cosa.

El Presidente precisó que esas diligencia de la PGR deben hacerse con apego a la ley, pero inopinadamente acotó, debe aplicarse (la ley) contra aquellos que han difundido esos falsos señalamientos contra el gobierno”.

Veremos cómo le hace el procurador Raúl Cervantes para indiciar a The New York Times. Es cuanto.

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