Voces del Periodista Diario

De cárteles y terrorismo

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

 

El secretario de Estado (USA), Rex Tillerson, le puso sabor a la Conferencia sobre Seguridad en Centroamérica, en la que participa el canciller mexicano Luis Videgaray Caso.

En comparecencia ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Tillerson se expresó satisfecho por la colaboración del gobierno mexicano con Washington para el combate al crimen organizado.

Eso fue lo suavecito: Lo áspero está contenido en las siguientes líneas: Claramente, vemos conexiones de los cárteles con organizaciones terroristas, particularmente con el Estado Islámico (ISIS) en Irak y Siria.

A reserva de conocer la transcripción de esa comparecencia de Tillerson en El Capitolio, dejamos las primeras versiones periodísticas entre corchetes.

Sin embargo, no podemos desentendernos de la gravedad que entraña hablar de “los cárteles” y sus vínculos con el pretendido Califato, cuya paternidad y patrocinio financiero se acreditan a destacadas familias reales, gobernantes de países del Medio Oriente.

Por una razón elemental: Cuando en los Estados Unidos se habla de cárteles, al nominar el de la droga, invariablemente se refieren a los mexicanos a cuyos capos, con notoria frecuencia, se les tipifica como enemigos públicos número uno de algunas ciudades estadunidenses.

Esas tipografías se aplican sólo a los hombres-leyenda de las mafias de la droga en México, algunos de los cuales ya están en prisiones de los Estados Unidos.

Llama poderosamente la atención que en los Estados Unidos, no se hable de los capos de cuello blanco que tanto en ese país como en Europa tienen el control financiero de la producción y la renta del narco.

¿Y los capos de cuello blanco?

En Voces del Periodista hemos publicado trabajos de investigación que documentan las estructuras bancarias mundiales que usufructúan esa empresa que trasiega más de 800 mil millones de dólares anuales.

En México mismo, es un secreto a voces que se persigue a los jefes de los cárteles de la droga que no niegan la cruz de su parroquia, pero muy poco se actúa en contra de aquellos económicamente poderosos que operan el lavado del capital y los excedentes de ese negocio.

Si ahora resulta, en voz del secretario de Estado (USA), que esos cárteles tienen vínculos con el terrorismo desencadenado por el Estado Islámico, estamos hablando ya de palabras mayores.

Más de una vez, los especialistas en Inteligencia, estadunidenses incluso, han codificado la figura de terrorismo de Estado. El propio Congreso de los Estados Unidos abordó la cuestión cuando investigó la Operación Irán-Contra autorizada por la Casa Blanca e instrumentada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Por esas investigaciones, se concluyó que de aquella operación se dio cartas de naturaleza y “legitimidad” a los cárteles de Cali y Medellín, Colombia.

El secretario Rex Tillerson, sabe de lo que habla. Lo propio ahora es que no ande tirando pedradas a tejados ajenos. No es de verdaderos estadistas: Que el secretario de Estado no esconda la mano.

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