Voces del Periodista Diario

En el mismo lugar y con las mismas gentes

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

 

¡Es la impunidad, señores, es la impunidad! Resulta desesperanzador y, por lo mismo, irritante que, a cada nuevo crimen en México, que genera la airada reacción social, el gobierno aparezca dándole vueltas a la misma noria.  

Hace unos cuantos días, con motivo del enésimo asesinato de un periodista mexicano, se convocó a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para responsabilizar a sus socios de brindar garantías al ejercicio de la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información.

Es harto sabido que la mayoría de los atentados contra periodistas y medios de comunicación han ocurrido y ocurren en los estados. Los gobernadores invariablemente se echan la cola al hombro y esperan, como ha sucedido en algunos casos, que la Procuraduría General de la República (PGR) atraiga las investigaciones.

Quedan las carpetas en los estantes de la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión de la propia PGR, cuyo titular, según lo vimos con Ricardo Nájera, no atendía ni siquiera el llamado de las comisiones del Congreso de la Unión a comparecer para dar cuenta del estado que guardan las indagatorias correspondientes.

Es obvio que la impunidad alienta a los perpetradores a repetir sus crímenes.

En estas horas, se sabe que la señora Gina Domínguez fue capturada e ingresada al penal de Pacho Viejo, Veracruz. Se mantienen en reservas las causas que se le imputan, pero Domínguez fue la influyente titular de la Coordinación de Comunicación Social del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, en cuyo sexenio el estado conquistó el campeonato mexicano de asesinatos contra periodistas.

Frente a la mortal secuencia, Duarte de Ochoa siempre tuvo a la mano la coartada de que los colegas ejecutados podrían estar implicados en el crimen organizado.

Gina Domínguez, si no armó esa hipótesis, por lo menos la respaldó. Ahora se dice que la ex funcionaria habría sido arrestada por la presunción de desvío de millones de pesos del presupuesto público a empresas fantasmas de comunicación social. Es el dinero, pues, la Litis, no la reparación del daño a las familias de los periodistas asesinados.

Pronto tendremos… un Atlas de riesgo

Hoy, la Secretaría de Gobernación reúne aquí a los secretarios de gobierno de los estados “para elaborar un Atlas de riesgo” y oootro “protocolo” para la protección de periodistas y defensores de derechos humanos.

 

“Será necesario crear unidades en cada estado y dotarlas de recursos humanos, materiales y tecnológicos suficientes a fin de atajar las agresiones a esos grupos”.

¿De qué se está hablando? ¿Cuánto hace que se instituyó el Sistema Nacional de Seguridad Pública en México (SNSP)?

En cada informe presidencial se reportan los miles de millones de pesos federales etiquetados a los estados para la coordinación policial, la capacitación y profesionalización de los miembros de las corporaciones estatales y municipales, exámenes de control de confianza,  para la adopción del mando único, etcétera.

En las indagatorias y procesos judiciales contra ex gobernadores “caídos en desgracia”, se acusa a dichos políticos de haber desviado esos exorbitantes recursos a otros fines ajenos a su destino principal. Ahora, vamos por “nuevas unidades” burocráticas y “será necesario dotarlas de recursos humanos, materiales”, etcétera.

La píldora que ahora se azucara, es la “estrategia en construcción a escala nacional” que tomará como base “el mecanismo federal” que a su vez fue creado con base en el modelo de Colombia… con el apoyo de la Iniciativa Mérida; y de la Unión Europea, Freedom House.

¿Sería necesario tanto abuso de la retórica amerengada si los casos de 14 comunicadores y activistas secuestrados (o muertos), 118 agredidos físicamente y 318 amenazados de octubre, de 2012 a abril de 2017, reportaran algún signo de esclarecimiento y castigo?

Antes de consumados esos atentados, se han documentado desde diciembre de 2012, 388 solicitudes de protección, sin respuesta eficaz.

Si algo está fuera de cuadro en esa tragedia sin solución de continuidad, es la voluntad política. Ésta no se suple con la fiebre de reunionitis.

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