EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra
Las “rondas”, decía Agustín Lara, no son buenas… causan penas. De algunos, se comenta que al día siguiente padecen “la cruda moral”. Los siquiatras aseguran que, en la resaca, otros fingen amnesia.
Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa parece encajar en el segundo diagnóstico.
Cuando el michoacano ocupaba Los Pinos, al Estado Mayor Presidencial no le preocupaba algún atentado contra el Presidente. Se preocupaba porque, con frecuencia, le daba por encaramarse a su bicicleta e inviablemente terminaba azotado en el pavimento o en la grava.
El mentor político de Felipe, Carlos Castillo Peraza le escribió a su pupilo que su inseguridad y su paranoia le impedían confiar hasta en su propia sombra.
Como candidato presidencial, y después de nombrado Presidente por los magistrados electorales federales, Felipe blasonaba de ser un político de manos limpias.
Ahora, el ex presidente se constituye en autoridad moral para condenar a algunos réprobos -no a todos- por andar en manejos turbios de dineros de terceros para costear actividades partidistas y electorales.
A memorias secas, hay que irrigarlas
Vamos a situarnos en el cuadrante del periodo (1996-1999) en que Calderón ejerció la jefatura nacional del PAN. Lo hacemos, a partir de la referencia, tantas veces por él citada, de que el partido azul postula y acata la doctrina del humanismo político. (Por supuesto, este postulado no aplica para el sexenio 2006-2012).
Dejemos de lado aquel asuntillo del autopréstamo bancario para financiar la adquisición de anhelada residencia. El status social es muy importante. Esto fue posterior al periodo al que nos referiremos.
No seremos prolijos en el ejercicio memorioso. Dos que tres temas de esa época, la de la jefatura nacional del michoacano.
El panista Fernando Lozano Gracia, procurador
Cuando, a instancias del ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos y el después panista aspirante presidencial Fernando Gómez Mont, Ernesto Zedillo nombró al panista Fernando Antonio Lozano Gracia procurador general de la República, la PGR tuvo en sus manos tres expedientes.
Pasaremos de largo el de Los paquete de Paquita, aquella vidente contratada por la PGR para esclarecer el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu. Lo dejamos de este tamaño pues, según los que saben, es cosa juzgada.
El segundo expediente (fraude genérico y fraude maquinado) se abrió a denuncia de apoderados legales de inversionistas canadienses que se dijeron estafados por el corporativo Arrocera de El Palmito, Sinaloa, en el que los abogados involucraron a familiares, ex colaboradores y socios del ex candidato presidencial del PAN (1988), Manuel de Jesús Clouthier del Rincón.
Lozano Gracia autorizó a la Delegación General de la PGR de Sinaloa iniciar la averiguación previa. Ese expediente se perdió en la noche de los tiempos azules.
Entra en escena el panista Francisco Barrio Terrazas
Más próximo al mandato nacional de Calderón en el PAN estuvo el tercer expediente, abierto a partir de que la Agencia Antinarcóticos (DEA), de los Estados Unidos, aportó información bastante a la PGR para abrir causa contra el Cártel de Juárez, siendo aún titular el panista Lozano Gracia.
En algunas fojas de ese abultado legajo se reprodujeron testimonios de un testigo protegido que señaló al entonces gobernador panista de Chihuahua, Francisco Barrio Terraza como protector primero, y extorsionador después, del campo Amado El señor de los cielos Carrillo Fuentes. Ni la DEA sabe en donde paró el expediente.
Fuera ya de la PGR el panista Lozano Gracia, de Barrio Terrazas se conocieron otras andanzas. Por ejemplo, que durante su administración se mandaron blanquear al paraíso de Islas Caimán por lo menos tres millones de dólares de recursos públicos.
Precisa es una acotación: Se supone, es sólo una suposición, que los órganos de dirección de los partidos ejercen la contraloría, digamos moral, sobre la conducta de sus militantes que llegan a mandos de gobierno.
Aquí está, señoras y señores, el panista Vicente Fox
Continuamos: Calderón permanecía en la jefatura nacional del PAN cuando el panista Vicente Fox gobernaba Guanajuato y era ya inminente candidato presidencial de ese partido.
Fue la temporada en que el panista guanajuatense se comprometía a echar de Los Pinos a los alacranes, alimañas, sanguijuelas, víboras prietas, turicatas “y hasta las ardillas”, en alusión a su correligionario Fernández de Cevallos.
Al margen de la autoridad interna del PAN, pero acaso con su conocimiento, operaba ya la asociación Amigos de Fox, que desde la precampaña misma empezó a trasegar fondos privados para el posicionamiento electoral de Fox. Vicente llegó a blasonar públicamente que le llegaban donaciones “hasta de Irlanda y Rusia”.
Al parecer no eran suficientes esos fondeos, porque la Asociación de Cámaras Nacionales de Guanajuato llegó a pedir investigación sobre más de 400 millones de pesos que no se justificaron en las cuentas públicas, dicho sea de paso, basadas en auditorias externas que el propio gobernador contrataba con despachos externos privados.
El ex gobernador de Guanajuato llegó en 2000 a Los Pinos. Llevó con el al ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio Terraza (el cliente de Islas Caimán), a quien colocó como titular de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación, la que había sido de “renovación moral de la sociedad” y que Fox convirtió en Secretaría de la Función Pública.
Éxito editorial de Córdova y Nurayama
Los actuales consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello (presidente) y Ciro Nurayama cobraron celebridad académica hace poco más de dos sexenio al poner en circulación un ensayo para advertir sobre los peligros del financiamiento privado a partidos y campañas electorales.
Materia de esa investigación fueron Amigos de Fox y el Pemexgate del PRI y su candidato presidencial Francisco Buenaventura Labastida Ochoa.
Tope en ello, en meses previos a 2000, Fox en campaña acusaba a algunos gobernadores priistas, Manuel Bartlett Díaz y Roberto Madrazo Pintado, entre otros, de disponer del presupuesto de sus estados para hacerse promoción personal en busca de la candidatura presidencial tricolor.
Insistimos, aquellas sórdidas historias se dieron siendo jefe nacional el michoacano.
Cola larga, también lengua larga
Al plantarse en 2006 en Los Pinos, Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa celebró su arribo aiga sido como aiga sido.
Ese aiga sido contiene dos elementos: 1) En diciembre de 2005, la coordinadora de campaña de Calderón, Josefina Vázquez Mota, negoció secretamente con ejecutivos de Televisa para que se inflara la posición en las encuestas del candidato panista, a cambio de asegurar los votos azules en el Senado para la aprobación de La Ley Televisa.
2) En la argumentación de la sentencia de 2006 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para nombrar a Calderón Presidente, se dejó constancia de la transgresora intromisión del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en su campaña.
(Ya gobernando Calderón, el ex presidente del CCE recibió en charola de oro Aereoméxico).
Ahora, el michoacano la gira de facilitador electoral de Josefina Vázquez Mota en el Estado de México, y de su esposa Margarita Zavala Gómez del Campo para la sucesión de Enrique Peña Nieto. Obvio, Calderón sigue convocando contra los peligros para México.
Dicen las abuelas que los que tienen cola larga, deben tener la lengua corta. Algunos lo olvidan. Es cuanto.