Voces del Periodista Diario

Huichilobos sigue devorando a sus hijos

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Desde Filomeno Mata 8

Por Mouris Salloum George (*)

Hoy es cumplen cinco años de que Felipe Calderón abandonó Los Pinos. Si para entonces la hipótesis sobre el Estado fallido era discutible, de lo que sí había certeza es que el michoacano, con su demencial guerra contra el crimen organizado, había roto el tejido social.

En esa macabra situación Enrique Peña Nieto recibió el mandato. Mañana inicia su cuenta regresiva para recorrer el destino manifiesto que la Constitución depara al Presidente en turno.

El PRI cumple con sus usos y costumbres para planchar la candidatura presidencial de José Antonio Meade Kuribreña. Es asunto que corresponde a su régimen interno y a sus reglas no escritas.

En última lectura, quien el 1 de diciembre de 2018 reciba la banda presidencial, lo hará en el peor de los mundos posibles.

Incertidumbre económica y espiral de barbarie

En los riesgos ciertos para el desarrollo nacional, la agenda marca la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que sigue enrareciendo la atmósfera económica interna.

En el espectro sicológico colectivo, el humor social sigue exacerbándose por la irreversible espiral de barbarie.

Ese paisaje es auspicioso a los discursos de descalificación de precampaña para las elecciones generales de 2018: No les faltarán argumentos a los beligerantes.

Pero no se trata sólo de la pugna electorera que, teóricamente, es asunto de los mexicanos. Es un decir.

Las advertencias del Banco Mundial

De lo que se trata, es de que los sinodales extranjeros de la eficacia para gobernar la crisis económica y de restaurar los fundamentos de la Seguridad Nacional, tienen en incesante monitoreo a México.

No son sólo las calificadoras financieras, en cuyo caso su preocupación se centra en la capacidad de manejo de la exorbitante deuda pública. Son también las agencias financieras multinacionales de las que México es Estado parte.

De arrojarnos un balde de agua helada se acaba de encargar el Banco Mundial (BM).

La institución que opera dentro de las estructuras de la ONU, dio a conocer ayer su reporte ¿Desarrollo económico inestable? / Choques agregados en América Latina y el Caribe.

A México le va como en feria en ese análisis: En el país, los pobres tienen casi tres veces más posibilidades de ser afectados por algún desastre natural en términos de pérdida de vivienda, cultivos y ganadería que las personas en situación de vulnerabilidad o de clase media.

También, los conflictos civiles, entre los que se ubican aquellos relacionados con la violencia provocada por grupos criminales, ponen en peligro los ingresos de los hogares.

Dos datos al canto: 1) Los municipios con altos niveles de crímenes relacionados con drogas, registraron e México un descenso del crecimiento anualizado del ingreso de 0.2 puntos porcentuales entre 2005 y 2010.

2) Un aumento de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes duplica las probabilidades de un municipio en México de seguir sufriendo pobreza crónica cinco o diez años después. Lo dice el Banco Mundial.

No hace falta que el BM liste las municipalidades en las que prevalece ese sombrío panorama socioeconómico: A la misa Ciudad de México, el destino ya la está alcanzando.

Los agentes del Estado, los del poder económico, los precandidatos presidenciales, ¿buscan respuestas serias a esos ingentes desafíos?

Sólo se ven los filos de los cuchillos largos

Él ánimo en el gabinete presidencial está marcado por la frustración generada en algunos de sus integrantes por el destape de candidato oficial a ocupante de Los Pinos.

Las cúpulas de la iniciativa privada siguen machacando sobre la galopante corrupción sin solución de continuidad.

Las comunidades rurales ya no sólo sufren los cotidianos atentados perpetrados por las bandas del narco. Sobre todo en las zonas mineras, el asesinato, la desaparición forzada o expulsión de líderes sociales son ya moneda corriente acuñada por los sicarios contratados por los concesionarios, sobre todo extranjeros.

Los beligerantes presidenciables siguen afilando los cuchillos largos contra sus adversarios, sin compadecerse del grave estado que guarda la Nación.

Hoy se cumple cinco años de la promesa de Un México en paz. Los partidos y los precandidatos hacen funcionar sus cuartos de guerra, diseñando sus planes de propaganda negra para mojarle la pólvora a sus rivales.

En tanto, Huichilobos sigue devorando a sus hijos. ¿No existe alguien, con un mínimo de piedad, que pare el genocidio? Hasta esta hora no.

(*) Director General del Club de Periodistas de México

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