Voces del Periodista Diario

Lodos de aquellos polvos (fe de erratas)

El lecho de  Procusto

Por Abraham García Ibarra

Acusamos recibo de la comedida observación de un lector sobre una omisión en nuestro tema de ayer: Terremotos: Lodos de aquellos polvos. En efecto, recordamos que en columna de Manuel Buendía Tellezgirón, en la que habló de la sociedad Libre Empresa, en otro párrafo indicamos que el autor de Red Privada nombró a los socios de ese grupo de hombres de negocios, sin citarlos por nuestra parte.

Procuramos reparar la omisión. La lista es la siguiente:

Emilio Azcárraga Milmo, Alejandro Sada Olivares, Valentín Molina Piñeiro, Emilio Díez Barroso, Abel Vázquez Raña, Guillermo Briones, Juan Diego Gutiérrez Cortina, José Luis Ballesteros, Juan Luis Prieto, Oscar Ortiz Sahagún, Víctor Gavito, Antonio Araiza Alducin, Adolfo del Valle Ruiz, Fernando Senderos, Nicolás Carrancedo, Oscar Uribe

José Miguel Nader, Carlos Laviada, Antonio Madero Bracho, Carlos Autrey Maza, Antonio del Valle Ruiz, Carlos Slim Melo y Félix Cantú Ayala.

Son ellos los que participaron en el encuentro con un miembro del gabinete de Miguel de la Madrid, el 4 de mayo de 1984, para negociar la compra de todos los entes empresariales administrados por el Estado.

Ya entrados en gastos, agregamos que, en la cena del 23 de febrero de 1993, en casa de Antonio Ortiz Mena (El charolazo del PRI), comentada por nosotros, dijimos que ahí estuvieron personajes nombrados por Buendía en su columna del 30 de mayo de 1984. Uno de ellos fue Emilio El tigre Azcárraga Milmo.

En la lista hoy recuperada y reproducida, vale subrayar tres apellidos: Gutiérrez Cortina, Del Valle Ruiz y Ballesteros. Los encontramos en la nómina que por nuestra parte rescatamos al citar a hombres de negocios cuyas deudas fueron a parar a la podrida panza del Fobaproa-IPAB.

A Juan Diego Gutiérrez Cortina lo mencionamos en el reciente caso del socavón del paso exprés de la Autopista del Sol, en Cuernavaca, Morelos.

Catarsis y anuncios de reconstrucción

En Los Pinos, los nervios por la crisis de los terremotos, parecen pasar a la catarsis. Ayer, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con prominentes hombres de negocios -las representaciones de las organizaciones no gubernamentales no fueron convidadas- para presentarles un balance preliminar de la catástrofe.

Al recuento de daños en infraestructura física, siguió el anuncio de la primera etapa de reconstrucción cuyo costo, si tomamos en cuenta los datos del balance preliminar, sería de entrada de unos 38 mil millones de pesos.

Eso sucede en los cenáculos del poder. En el llano otro es el paisaje.

El otro rostro de la condición humana

El presidente fundador del Colegio Mexicano de Ingenieros Civiles, Florencio Hernández del Ángel cuestionó severamente ayer el proceso de peritaje en la infraestructura educativa dañada por los terremotos y la precipitación en la expedición de dictámenes.

Por el poco tiempo que se tardan para emitir un dictamen estructural, deducimos que hay peritos que están dictaminando sobre las rodillas”, señaló Hernández del Ángel.

Por supuesto, la advertencia es sobre los potenciales riesgos que eventualmente correrían  los alumnos regresados a clases en los planteles certificados “sobre las rodillas”.

El colmo: En la ruta carretera México-Oaxaca, tránsito por el estado de Puebla, bandas de facinerosos asaltaron la unidad de un convoy que llevaba socorro a los damnificados de los terremotos del 7 de septiembre, robándose el bastimento y sometiendo a ultrajes a jóvenes auxiliadores.

Y la cereza en el pastel. El centro de acopio del Estadio Olímpico Universitario (UNAM), fue tomado por asalto por sedicentes “asambleístas” con el argumento de que hay poca transparencia en la gestión de las donaciones.

Sale el otro rostro de la condición humana en momentos de tragedia. Es cuanto.

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