Voces del Periodista Diario

No hay triunfalismo que dure seis años

EL LECHO DE PROCUSTO Por: Abraham García Ibarra

 

Qué gratificante resulta escuchar a Alfonso Navarrete Prida, cuando informa que durante su gestión como secretario de Trabajo y Previsión Social se han creado muchos más empleos que los registrados durante el gobierno de Moctezuma II. Hasta los mandos de la compu tienen dificultar para sumar tantos millones.

Esas son las buenas cosas que, según el oráculo, merecen contarse a la clase trabajadora de México.

También es buena nueva, aunque poquito, el reporte del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) que asegura que, en mayo, el índice de desocupación tuvo una “ligera baja” respecto del mes de abril. Quedó en 3.6 por ciento.

Pero el Inegi da otro dato, no tan estimulante: Que el número de personas que subsisten de la informalidad (que otros llaman economía negra), en el mismo periodo tuvo “un ligero repunte” para quedar en 56.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Una de cal por las que van de arena.

El tema, sin embargo, nos remite a otro aspecto de la problemática laboral que no se enlista, por supuesto, entre las cosas buenas que hay que contar.

Respetuosos de los derechos de los trabajadores

La referencia obligada nos coloca en mayo de 1990 cuando el secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella, al anunciar la  reprivatización del sistema de banco y crédito, prometió que los derechos conquistados por los empleados bancarios quedarían a salvo con los nuevos patrones. ¿Qué nos puede decir al respecto el Congreso del Trabajo, al que entonces estaban afiliados los sindicatos bancarios?

Ese mismo compromiso se anunció en este sexenio, cuando se puso a caballo la Reforma Energética que convirtió a Petróleos Mexicanos en empresa “productiva” del Estado. El charro dirigente petrolero, Carlos Romero Deschamps, fue tranquilizado con la promesa de que, en observancia del artículo 123 de la Constitución, los derechos de los trabajadores serían respetados.

Con eso de que, en la industria petrolera “transformada”, la nota de todos los días son los huachicoleros, otros asuntos no tienen registro en los medios.

Estados impactados por el efecto de la empresa petrolera a través empleo directo y los generados en industria y comercio concurrentes, son casi dos tercios. Señero en ese sector, es Tamaulipas y su extensión por las Huastecas. Oaxaca y Chiapas están en el mapa donde puso “la gallina de los huevos de oro”, ahora desplumada.

Recuperamos para esta entrega los estados de Campeche, Veracruz y Tabasco. Sólo en esas tres entidades, entre 2015 y 2016 fueron dadas de baja 54 mil 729 plazas petroleras.

En mayo pasado, en el mismo orden estatal, fueron canceladas otras 22 mil 500 plazas.

Como la empresa petrolera de la Reforma Energética no es tan productiva como se esperaría, sus ajustes financieros se están aplicando sobre los costos laborales; pero allá, a distancia de la Torre de Pemex, en la Ciudad de México.

Éramos mucho y parió la abuela. El secretario de Hacienda, José Antonio Meade conspira contra las cosas buenas que hay que contar. Al enunciar hoy los Criterios de Política Económica para 2018, informó que la burocracia federal será sometida a un recorte, cuya cuantificación no está aún precisada.

¿Qué le vamos a hacer? No hay triunfalismo que dure seis años. Es cuanto.

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