SANTA CRUZ, BOLIVIA, (Sputnik), 14 de marzo de 2019 .— La presión de los productores agrícolas bolivianos sobre el Gobierno de Evo Morales por una amplia apertura a la biotecnología se acrecentó este jueves con una declaración conjunta de emergencia de empresarios y campesinos, que sufren una inusual sequía que afecta principalmente a la producción de soja.
“Demandamos al Gobierno una decisión política inmediata para la homologación de eventos biotecnológicos en soja, la aprobación de semillas genéticamente mejoradas para maíz, algodón y caña, y un precio justo para la urea”, dijeron en una resolución unitaria los productores, basados en el departamento de Santa Cruz (este).
La sin precedentes resolución conjunta de empresarios y campesinos cruceños surgió como emergencia de una sequía que ha reducido en más de medio millón de toneladas, o un 25%, las expectativas de producción de soja en la actual campaña de verano, con pérdida de unos 160 millones de dólares, según dijo el presidente de la ANAPO, Marcelo Pantoja.
Acceder a la demanda de los productores agrícolas implicaría para el Gobierno de Morales suavizar su dura política de rechazo a las semillas genéticamente mejoradas en favor de tecnologías orgánicas “amigables” con el medio ambiente.
Los productores dijeron que la única semilla modificada autorizada en Bolivia, desde hace unos 15 años, es una variedad de soja que ha resultado inadecuada para soportar cambios meteorológicos bruscos como las sequías que se repiten en Santa Cruz por tercer año consecutivo.
“No podemos seguir trabajando en desventaja frente a los países vecinos que tienen mejor productividad de soja porque utilizan biotecnología, con semillas más resistentes y de mejor rendimiento”, dijo el campesino Isidoro Barrientos, presidente de la CAPPO.
La presidenta de la Federación de Campesinos, Deisy Choque, apuntó que esperaba “una decisión urgente del Gobierno”, con objeto de introducir nuevas semillas de soja en la próxima campaña de verano, a fines de 2019.
Advirtió que el persistente rechazo oficial a la biotecnología podría afectar a los planes de introducción de biodiésel recién anunciados por el Gobierno.
“Pero no solo hablamos de soja, sino de maíz, arroz y otros productos que deben ser favorecidos con una apertura muy amplia a la biotecnología, que creemos que es la única solución para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria”, remarcó Choque.
Según el empresario Pantoja, los cultivos de soja en Santa Cruz se mantienen estancados en torno a un millón de hectáreas desde hace cinco años, con una productividad promedio de apenas 2,3 toneladas del grano por hectárea, frente a más de 3,0 toneladas en otros países productores como Brasil y Paraguay.
La productividad local bajará este año aún más a 1,8 toneladas, por las sequías y plagas, advirtió el presidente de la ANAPÓ.
La soja y sus derivados son el principal rubro de producción no tradicional de Bolivia, con exportaciones que alcanzaron en 2018 un valor de 800 millones de dólares.
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