* Sanidad y cambio climático, prioridades para 2020
Por Carlos Trejo Serrano
MÉXICO (Notimex) 29 de septiembre de 2019.- La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) heredó un campo agrícola en abandono, inmerso en la corrupción y con una deuda superior a dos mil millones de pesos de la administración pasada.
“Eran compromisos, contratos y deudas que se venían rezagando, sobre todo en la comercialización de granos”, aseguró el titular de la dependencia, Víctor Villalobos Arámbula, a 10 meses de haber asumido el cargo.
A unos días de haberse instalado en la sede principal de la Secretaría, ubicada al sur de la Ciudad de México, se hizo una revisión detallada en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y encontraron compromisos incumplidos de quienes fueron sus los antecesores.
Desde esas oficinas, el agrónomo de Chapingo dijo a Notimex que la deuda millonaria fue cubierta desde el mes de enero, sin embargo, quedaron gastos pendientes porque no se pudieron comprobar fehacientemente.
También se identificó que parte de los recursos no llegaban a manos de los productores, sino quedaban en terceras personas. “Efectivamente es tema de la corrupción (y) es un proceso que va tardar tiempo (en ser erradicado)”, apuntó.
“Tristemente la corrupción y la forma de manejo y favoritismos han estado muy arraigados, pero estamos firmemente convencidos de que en esta administración vamos a evitar esa corrupción, sobre todo esos malos manejos de recursos”, reiteró.
El funcionario se mostró optimista y convencido de alcanzar esos resultados y cambiarle el rostro a la Sader y al campo agrícola, donde trabajan más de 7.5 millones de personas, al recuperar la autoría y la responsabilidad de tomar decisiones consensadas respecto al ejercicio del gasto.
En ese sentido, Villalobos Arámbula sostuvo que en la dependencia tienen claridad de ello y redoblarán esfuerzos para volverse más eficientes en cuanto al uso de los recursos, sobre todo los asignados para 2020.
Retos para 2020
En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), presentado a la Cámara de Diputados en semanas pasadas, se contempla un nuevo recorte de 29 por ciento para el campo mexicano.
Lo anterior significa que el gasto de la Sader será de 46 mil 253 millones de pesos, es decir, casi 20 mil millones de pesos menos en comparación con los 65 mil 434 millones de pesos asignados para este 2019.
Así como una reducción de casi 9.0 por ciento en la partida para la sanidad e inocuidad. Al respecto, el encargado de la política agroalimentario comentó que esperará a tener la resolución final de los diputados, cuya fecha límite es el 15 de noviembre próximo.
Pero con la cantidad asignada al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), a cargo de Javier Trujillo Arriaga, se tendrá garantizada la cobertura de los programas esenciales, aseguró.
Incluso, acentuó, trabajamos para mantener el estatus fitosanitario y contrarrestar los efectos negativos del cambio climático que serán prioridad para el siguiente año.
“Estamos claros y conscientes de que tendremos toda la capacidad para atender las necesidades de Senasica en términos de los mecanismos de prevención, inspección, vigilancia y, sobre todo, para garantizar la calidad de nuestros productos, tanto en el mercado nacional como de exportación”, argumentó.
“Estoy muy tranquilo en ese sentido porque tenemos suficientes recursos para mantener nuestra capacidad de atención (…) y de responder ante las posibles eventualidades que se den (en la materia). Así que estamos bien y yo no tengo ninguna preocupación”, enfatizó.
Sin embargo, el también especialista en ciencias ambientales y economía agrícola abundó que México es un país abierto a la llegada de gran cantidad de productos agroalimentarios de diversos países, como parte del intercambio comercial, y “siempre estamos expuestos a la llegada de plagas y enfermedades”.
La Peste Porcina Africana (PPA) es un caso muy particular porque está presente en gran parte de África y algunos países de Europa y Asia, de ahí la realización de un megasimulacro de campo para prepararse para le detección y contención oportuna ante alguna emergencia, apuntó.
No obstante, reconoció que en el Senasica se realizaron algunos “ajustes” en cuanto al número de personal de las áreas administrativas. “Había un exceso de burocracia de administración que hacían más tortuoso el proceso administrativo en lugar de ayudar”, pero de ninguna manera -aseguró- se afectó a los inspectores dedicados a la vigilancia en puertos, aeropuertos y fronteras.
Diversificación de mercados
A pesar de haberse eliminado cinco de las ocho consejerías en el exterior, sin tener ahorros significativos, el titular de la Sader acentuó que la actual administración federal seguirá con su apuesta para fortalecer la relación comercial con los diferentes países del mundo y reducir la dependencia con Estados Unidos, el principal socio comercial.
“En administraciones anteriores siempre se vio a Estados Unidos como el destino de todos nuestros productos y a través de los brokers estadounidenses se distribuía a muchos otros países”, mencionó Villalobos Arámbula, al dejar en claro que esa mecánica cambiará y ahora serán directas las negociaciones.
México es y será un país abierto al libre comercio, al ocupar el lugar 11 en la producción de productos agroalimentarios a nivel mundial, y ahora se trabajará de la mano con las embajadas mexicanas y sin destinar gastos adicionales como parte de las políticas de austeridad, dijo.
Señaló que el cierre de las representaciones se concretó porque no se tenía un “verdadero impacto”, de acuerdo con el análisis costo-beneficio realizado para tomar la decisión, y había un exceso de personal que costaba mucho al erario.
“Había personal que era pariente o conocido de algún funcionario y se abusó mucho”, externó el secretario, quien expuso que sólo continuarán las oficinas externas de Estados Unidos, Bruselas y Japón para avanzar en la estrategia de llegar a nuevos mercados.
Respecto a los ahorros obtenidos al respecto, refirió que “no es mucho, pero tampoco es mucho lo que deja de ganar”, y ejemplificó que sólo la consejería de Washington demanda recursos hasta por siete millones de pesos anuales.
De acuerdo con el Banco de México (Banxico), el superávit de la balanza comercial de productos agroalimentarios alcanzó seis mil 688 millones de dólares a julio de 2019.
Lo anterior representó un aumento de 33.4 por ciento, al pasar de cinco mil 015 millones de dólares en 2018 a seis mil 688 millones de dólares en lo que va de 2019.
VP/Nacional/EZ