Malmström reconoció igualmente haber enviado una carta a su homólogo estadounidense, Robert Lighthizer, solicitando una reunión porque, a su juicio, los nuevos gravámenes afectarían a ambos lados del Atlántico.
‘Este es el mensaje que hemos enviado, hasta ahora sin resultados’, remarcó la directiva quien apuntó además que la UE deberá tomar acciones en caso de que Washington cumpla con su promesa de imponer aranceles a las exportaciones de productos procedentes de España, Francia y Alemania.
Mientras, la OMC autorizó formalmente a Estados Unidos a imponer aranceles a productos procedentes del bloque por casi siete mil 500 millones de dólares al año en compensación por los subsidios europeos recibidos por Airbus.
El organismo dio luz verde al gigante norteño después de que se celebrara una reunión extraordinaria del Órgano de Solución de Diferencias por lo que se prevé que la administración estadounidense aplique a partir del 18 de octubre un arancel del 10 por ciento a las importaciones de productos de aviación civil y otro del 25 por ciento a bienes agrícolas.
Aun cuando los europeos intentan mantener un tono conciliador, el bloque está a la espera de que la OMC se pronuncie sobre la cifra máxima de aranceles que puede imponer a las importaciones norteñas tras un reclamo realizado por las subvenciones a la compañía Boeing por Estados Unidos, lo que elevaría la escalada arancelaria.
Si la entidad comercial se pronuncia a favor de la UE, podrían aplicarse entonces impuestos adicionales contra una lista de productos estadounidenses.
De acuerdo con manifestaciones previas de la Comisión Europea, el valor de los gravámenes podría ascender a 20 mil millones de dólares con afectaciones para artículos tales como pescados, frutas, videoconsolas, aviones y helicópteros.