La Piedra en el Zapato
Por Abraham García Ibarra
Desde nuestras lectoras mocedades, retuvimos en nuestra cabeza el espanto provocado por Dante con su infernal advertencia: Abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis.
Al tiempo, tratamos de atemperar ese estado de ánimo con la obra de El Fénix de los ingenios, Lope de Vega, quien en su inabarcable producción literaria nos imaginó una Arcadia, aquel paraíso alejado del cambio climático, pero muy cercano a los cambios políticos nominales.
Dante sigue presidiendo nuestros temores cuando la hora de la partida se nos acerca, sin ver -como periodistas románticos- satisfechas las esperanzas del infelizaje que, a cada nueva convocatoria agolpa las casillas electorales para renovar sus votos de confianza en una aún muy lejana democracia sustancial.
Hemos visto pasar ya diez elecciones presidenciales
Como reporteros de provincia, creemos recordar que al primer acto electoral nacional al que asistimos en nuestro entrañable puerto, Mazatlán, fue a uno del candidato presidencial Adolfo El joven López Mateos. Para las elecciones generales siguientes, ya ejercimos el derecho a votar. ¿Cuántas veces hemos votado desde entonces hasta julio de 2018?
In situ o a distancia hemos cubierto diez campañas y elecciones presidenciales. Durante 55 años, hemos reportado cientos de procesos y resultados de elecciones de gobernador de los estados; excepcionalmente, comicios en los municipios más críticos políticamente.
Podemos dar constancia, pues, de la fe que los mexicanos tienen aún en que los objetivos del sufragio se traduzcan, ve veras, no en un cambio de régimen, sino en su condición socioeconómica y espiritual.
Asistimos a los funerales de la vieja Comisión Federal Electoral
Atestiguamos la defunción de la antigua Comisión Federal Electoral, después del Golpe de Estado técnico de 1988 y la segunda usurpación del poder presidencial en 2006.
Observamos el primer signo de vida del Instituto Federal Electoral en 1990 y, en 2014, su reconstrucción como Instituto Nacional Electoral. Ahora mismo, vemos la crema sobre los tacos: Son el pilar fundamental en la construcción de la democracia mexicana. En algunos acaramelados boletines se lee: Transición democrática.
Abordamos el tema ahora a la escucha de los rezongos de los consejeros electorales del INE, porque alegan que el ajuste en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2020 los incapacita para cumplir en 2021 con su deber, solicitado y voluntariamente asumido, de organizar elecciones libres y auténticas para la formación de los poderes públicos.
Antes, un honor; ahora, llenar tripa de mal año
Para 1990 y algunos años más, los consejeros electorales, luego denominados consejeros ciudadanos, consideraban un honor ser invitados a cumplir con la organización de las elecciones, como una función de Estado, con independencia de sus apremios pecuniarios personales. De años para acá, éstos son el objeto prioritario de la chamba.
En las primeras selecciones de consejeros y funcionarios administrativos del órgano electoral autónomo, una condición estaba claramente marcada: Personalidades sin afiliación partidista. Pareció un requisito cumplido.
Cuando empezaron a caer las caretas de carnaval
Poco duró para que cayeran las caretas: Podemos dar al menos veinte nombres -nos los reservamos por hoy- de ex consejeros y funcionarios del Consejo General que, cebados en el presupuesto público, buscaron tesorerías más rentables, haciendo abstracción de partidos en el poder.
Por lo menos cuatro notables del autónomo organismo buscaron y lograron titularidades en despachos del gabinete presidencial. Dos pretendieron la candidatura presidencial por dos partidos antagónicos. Ahí están dos que llegaron a la gubernatura de su estado. Las legislaturas federales, desde hace 20 años, tienen sus nóminas a otros consejeros ex autónomos.
Hace diez años, un ex consejero federal (IFE), director entonces de una institución descentralizada, fue implicado en un multihomicidio infantil. Se le premió, blindándolo, con una cartera en el gabinete.
No le hizo el feo a la célebre estafa maestra
Por estos días, en estrados judiciales se exhibe el nombre de otro ex consejero, presuntamente coludido con una estafa maestra que, según sus investigadores, habría provocado al erario público un quebranto de 5 mil millones de pesos.
Desde finales del sexenio pasado, en planes de austeridad emitidos por la Secretaría de Hacienda en respuesta a la crisis financiera del sector público, se han propuesto ajustes a las remuneraciones a altos mandos de la burocracia federal. Los primeros en pronunciarse en resistencia, han sido algunos consejeros del INE. Lo han seguido haciendo en 2019.
Para el ciudadano del llano, un derecho: Votas y te vas
Más de medio siglo abarca la anterior narrativa: La formación de los poderes públicos en México sigue anclada en la mera democracia electoral: Votas y te vas.
Veinte años tenemos escuchando la monserga de la transición democrática. No logramos escapar de la paleolítica democracia representativa.
El titular de la soberanía nacional sigue en la brega de eternidad por una democracia sustancial. Los árbitros electorales siguen pensando sólo en su soberanía financiera. Es cuanto.