Ricardo Urrego Ruíz
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A estas alturas de mi comentario, no vale la pena identificar el nombre del embajador de Colombia en España, quien fue el encargado de anular las invitaciones de los escritores colombianos que deberían estar en primera línea sacando la cara por Colombia en esa feria del libro en el país ibérico. A este gobierno y a sus serviles funcionarios les conviene esconder la verdad de la literatura honesta de nuestros creadores y de esta manera llevar un mensaje que en Colombia no pasa nada y que todo está normal. La maquinaria estatal estúpida requiere de estos atropellos para existir y tapar como el gato tapa sus excrementos ante los ojos de todos.
Que gran vulgaridad la que se acaba de producir por parte del estamento gubernamental colombiano al dejar por fuera la invitación de nuestros escritores, cuando lo que produjo con este hecho fue todo un efecto contrario y repulsivo porque el mundo se dio cuenta que esta actitud los desacredita más al actuar de una manera tan sorprendente y siniestra. Pero al No permitirse a los literatos en una feria por parte del gobierno colombiano, esta administración se baja al nivel de los nazis alemanes, quienes en su momento quemaron los libros del saber en las plazas públicas haciendo gala de la peor infamia a la humanidad. Claro que muchos siglos antes de los nazis, en la edad media también se quemaron lo libros sobre las ciencias.
Esto que ha acontecido con La Feria del Libro de Madrid resulta una bofetada a la nacionalidad y a la sociedad colombiana toda porque es mas importante presentar un libro sobre la Primera Dama, con todas sus ridiculeces y su utilización del avión presidencial para comprar zapatos, que la verdad contenida en la verdadera literatura.