Papel clave de Irán, Catar y la CIA para establecer una fórmula válida.
En las ultimas horas, se amplió el número de conversaciones -con la profundidad de las mismas- para lograr el intercambio de personas que están en cautiverio y presidio en ambos lados del conflicto.
De acuerdo con la información solvente disponible, tanto las partes en confrontación, como las mediadoras, están avanzando sobre la estipulación de términos y condiciones que satisfagan, en esta contingencia, a todos los involucrados.
En este contexto, cae de maduro que la mayoría de las exigencias planteadas públicamente por el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, no será cubierta satisfactoriamente debido a que Tel Aviv no tiene el control de la situación general de la escalada que comenzó el pasado 7 de octubre. Tampoco se prevé que el gobierno de Israel logre modificar, en su beneficio, la realidad del terreno.
En vista de ello, las facciones palestinas que están agrupadas en el Comité de Coordinación Nacional Unificada, son reticentes a liberar al personal militar y de seguridad israelí que está bajo su poder, pero sí son proclives a devolver a sus familias a los civiles que fueron trasladados a Gaza el primer día de la Operación Tormenta de Al-Aqsa.
Es la intención de las organizaciones palestinas, liberar a los civiles, sobre todo, a aquellos que están en una situación de riesgo en cuanto a la salud personal se refiere o que son niños o adultos mayores. Incluso, algunos mediadores extranjeros habían logrado, en esa dirección, algunos avances importantes, durante la última semana, pero estas acciones fueron obstaculizadas por el incremento del bombardeo generalizado de Israel.
Los numerosos ataques aéreos, por parte de Israel, con más de 38 mil toneladas de explosivos lanzados contra la Franja de Gaza, afectaron no solo la concreción de pautas mediadoras para liberar a los israelíes civiles, sino que también, como se informó desde Palestina, esas bombas ocasionaron la muerte de una parte de quienes fueron capturados por las unidades de la élite militar de Hamas y la Jihad Islámica. Al día de hoy, se cree que hay israelíes no identificados bajo los escombros de los edificios que fueron bombardeados por la Fuerza Aérea de Israel.
Este hecho, así como también otras informaciones, están en la consideración y evaluación constante de los familiares de los ciudadanos judeo-israelíes que permanecen en situación de cautiverio en Gaza. Por esa razón, están presionando fuertemente al gobierno de Netanyahu para que adopte un engranaje diferente como respuesta prudencial para la liberación de esas personas. Junto a esos grupos, también aumentaron su presión otros actores de las élites de Israel y representantes de las facciones del poder occidental y colectivos de Europa y América.
Los movimientos palestinos piden, por su parte, que Tel Aviv les otorgue, en un principio, y en el marco del primer intercambio, la libertad de niños y jóvenes palestinos que están en las cárceles israelíes.
Se indica que, entre los prisioneros de los palestinos, se hallan personas de relevancia dentro de las estructuras de Israel, cuya libertad, a través del intercambio, se daría solo si se recibe, de la otra parte, el desencarcelamiento de miles de palestinos que se encuentran en las prisiones de la entidad israelí.
A la vez, que se peticiona que se concrete la llegada de la ayuda internacional para la población civil gazatí; esta ayuda humanitaria se nutre de alimentos, insumos médicos y otros elementos provenientes de países de, prácticamente, todos los continentes. En lo atinente a las organizaciones internacionales operantes en Gaza, informes de la zona señalan que el campo palestino desconfía de la Cruz Roja Internacional por sospechas de que esté cooperando con los planes del gobierno de Netanyahu.
De hecho, la Cruz Roja Internacional cuenta con grupos de electrógenos que no fueron facilitados a los hospitales gazatíes que están siendo asediados y atacados por las fuerzas militares de Israel. Estos hospitales sufren la interrupción de la energía eléctrica y las comunicaciones, como así también la escasez de insumos y equipos sanitarios para atender a miles de personas que están precisando de la atención hospitalaria para poder salvarse de la muerte, evitar el agravamiento de su enfermedad o rehabilitarse de sus problemas de salud.
Por el lado de Israel, se condena la participación de agrupamientos de ayuda humanitaria internacional, acusándoles, en la narrativa de Tel Aviv, de ser cómplices del “Terrorismo de Hamás”.
Paralelamente, progresan los esfuerzos de Irán y Catar, estados que no tienen una alianza bilateral, pero que sí tienen influencia real en el proceso debido a las relaciones y las vinculaciones que mantienen con las facciones palestinas, para concretar el intercambio de cautivos y prisioneros, el cese de las hostilidades y la ayuda internacional para la población de Gaza.
Resulta importante enfatizar que la CIA está de acuerdo con la idea de que se establezca un alto el fuego temporal (de entre 3 a 5 días) y que se proceda al intercambio de los prisioneros de ambas partes.
En consecuencia, la semana que se inicia será importante en todos los ámbitos de la escalada y, principalmente, en lo que concierne al intercambio de personas -cautivos y prisioneros- y al curso militar en sí, en su declinación.