El analista de origen indio del Washington Post, Ishaan Tharoor, señala que “La visión estadounidense del curso del conflicto socava la ambición declarada por Zelensky de expulsar a Rusia para octubre de este año” puesto que la realidad del terreno está en un sentido contrario de las expectativas que efunden, internacionalmente, los círculos pro-Zelenski y sus afines de las élites occidentales.
En su nota, Tharoor informa que el espectro occidental, vinculado a Kiev, ve un año sumamente difícil para el rendimiento militar y los logros consecuentes de Ucrania ya que “El Kremlin controla aproximadamente una quinta parte del territorio de Ucrania reconocido internacionalmente, incluida Crimea, que anexó ilegalmente en 2014, y una amplia extensión del sureste de Ucrania”.
Thoor también reportó, en su columna, un hecho que es sumamente interesante: “La semana pasada, funcionarios del Pentágono llegaron con las manos vacías a una reunión mensual de coordinación de 50 naciones para Ucrania, con el futuro dinero estadounidense para armas y ayuda atrapado en la política interna”.
Esta situación preocupa tanto al entornado ucraniano afiliado a los Estados Unidos y Gran Bretaña como a las corrientes político-económico-militares de la geopolítica atlantista anglo-norteamericana porque, entre otras causas, el factor Trump, junto con su campo asociado, está interfiriendo en los planes elaborados por esos grupos respecto de Rusia.
Este experto en asuntos exteriores, cree que, probablemente, Occidente haya destruido las posibilidades de Ucrania de ganar la guerra, concluyendo su artículo mencionando que, por el contrario, Rusia “se ha mantenido firme, resistido las sanciones internacionales y se está preparando para nuevas ofensivas en Ucrania”.