Al menos cinco personas murieron, seis resultaron heridas de gravedad y otras 53 tuvieron lesiones leves al descarrilar ayer en Filadelfia un tren de pasajeros que hacía la ruta entre Washington y Nueva York, informó el alcalde de la ciudad, Michael Nutter.
En una rueda de prensa, el alcalde indicó que, por el momento, se desconocen las causas del descarrilamiento; explicó que algunos vagones se encuentran “completamente volcados” y alertó que los agentes de emergencias siguen buscando más posibles víctimas en el tren, por lo que recalcó que todas las cifras son “preliminares”.
“Esto es absolutamente desastroso. Nunca he visto nada igual en mi vida, y la mayoría de la gente que está aquí le dirá lo mismo”, señaló Nutter.
El accidente ocurrió hacia las 21:20 hora local y la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) ha abierto una investigación.
El tren regional de Amtrak número 188 que recorría la ruta del noreste llevaba 238 pasajeros y cinco miembros de tripulación cuando entre 8 y 10 de sus vagones descarrilaron en la sección de Port Richmond de Filadelfia, indicaron las autoridades.
El accidente, que el FBI ya ha descartado que se trate de un acto terrorista, requirió la movilización de 120 agentes de bomberos y 200 policías hasta el lugar de los hechos.
Por su parte, el operador ferroviario Amtrak canceló toda circulación de trenes entre Filadelfia y Nueva York.
“Circulábamos con tranquilidad y de repente nos encontramos golpeándonos contra la pared”, indicó a la cadena NBC Don Kelleher, uno de los pasajeros.
En medio de la oscuridad, grupos de atención a emergencias usaba linternas para buscar heridos o sobrevivientes en la zona, con la ayuda de helicópteros equipados con potentes reflectores.
Carros de bomberos traían escaleras para permitir el acceso a los vagones retorcidos, era posible ver un enjambre de ambulancias y patrulleros en un escenario caótico.
Con información de Excelsior