Fátima Moneta, Jenaro Villamil y el propio Bernardo Barranco, fueron los encargados de presentar el libro Norberto Rivera. El Pastor del Poder. Se trata de una colección de ensayos críticos sobre el desempeño del arzobispo Norberto Rivera. No se busca una falsa neutralidad, por el contrario, son textos de denuncia donde intelectuales, periodistas y activistas de derechos humanos sustentan con hechos los excesos y extravíos del cardenal. Los autores documentan la trayectoria de un personaje que en nombre de la ortodoxia moral ha condenado las causas de las mujeres, los homosexuales, los no creyentes y las minorías.
Norberto Rivera. El pastor del poder de la Editorial Grijalbo, es coordinado por Bernardo Barranco, representa un ejemplo de que la impunidad y el fuero religioso es una regla no escrita de la política mexicana. El prelado es intocable no sólo por su condición de alto clero, sino por su hermandad con el poder. Los textos de Alberto Athié, Eugenia Jiménez Cáliz, Guadalupe Loaeza, Fátima Moneta, Marilú Rojas Salazar, Mónica Uribe, Rodrigo Vera y Jenaro Villamil, analizan a fondo a una de las figuras más oscuras del poder clerical en México.
Todo lo que Norberto Rivera ha ocultado, tapado, negó. Quizás lo que más ha sorprendido y más duele no es que Maciel –y otros sacerdotes– haya abusado de menores, sino que el cardenal lo sabía y lo encubrió. Rivera estaba al tanto de su historia y la negó. Permitió que él y otros continuaran abusando, molestando, violando, saltando de parroquia en parroquia, de estado en estado, de país en país. A pesar de la primera visitación papal a la Legión para investigar los presuntos abusos sexuales de Maciel en 1956.