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Galaxy Note 7 de Samsung, un modelo que literalmente ¡explota!

El pasado miércoles, un Samsung Galaxy Note comenzaba a echar humo en el interior de un avión justo antes de su despegue, causando la evacuación del mismo. ¿La diferencia respecto a anteriores Note 7 defectuosos? Que, en esta ocasión y según el dueño, se trataba de un Note 7 de reemplazo. Por desgracia para la compañía coreana, durante los últimos días parecen haberse dado varios casos más de teléfonos ya cambiados que presentan problemas similares a los que obligaron a Samsung a pedir un recall en primer lugar.
En total, y durante esta semana, se han producido en Estados Unidos tres “fuegos” con Samsung Galaxy Note 7 reemplazados, según los medios locales. El primero, el que ya hemos comentado. El segundo, que recoge WKYT: un hombre de Kentucky asegura que su Note 7 comenzó a arder en plena noche, dejando su habitación llena de humo y obligándole a pedir atención médica. Según el dueño, el teléfono no estaba enchufado ni cargando.
Además, el afectado dice que recibió un SMS desde Samsung seguramente enviado por error y que dice lo siguiente: “Acabo de recibir esto. Puedo intentar y retrasarle si creemos que va a importar, o podemos dejarle hacer lo que amenaza con hacer y ver si lo lleva a cabo”. Al parecer la compañía le ofreció dinero, según él, por hacer al teléfono un escáner de rayos X.
El tercer caso, del que se hace eco KSTP, de nuevo lo protagonizaba un Note 7 reemplazado, aunque en manos de una niña de 13 años que dice haber notado una sensación de quemazón en el dedo antes de que el teléfono comenzara a echar humo y arder. El resultado, y siempre según la familia de la afectada, se puede ver en la imagen que encabeza el artículo: una quemadura en la pantalla similar a las otras que se han visto en anteriores dispositivos con el mismo problema.
En esta ocasión, Samsung respondió a los medios: “Queremos asegurar a nuestros consumidores que nos tomamos en serio cada reporte y que estamos en contacto con la familia Zuis para asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible por ellos y por su hija. La seguridad de los clientes sigue siendo nuestra principal prioridad y estamos investigando el asunto”. Poco después, la división estadounidense de Samsung colgaba un comunicado en su web haciéndose eco de la investigación.
A estos casos habría que sumar otras quejas que Samsung ha recibido por sobrecalentamiento (y que la compañía ya confirmó, aunque descartando que supusiera un problema) y otros informes que están apareciendo de más supuestos dispositivos reemplazados con problemas similares a los ya comentados (uno en Taiwán, supuestamente de este mismo viernes, y otros dos en Corea, aunque en este caso sólo existen este vídeo y este otro, y no está confirmado que sean unidades de reemplazo).
 
¿Y ahora qué?
Salvo a los comunicados genéricos de que están investigando los casos, Samsung de momento no ha movido ficha, aunque eso no significa que las operadoras o los reguladores se hayan quedado parados. En Estados Unidos, por ejemplo, las operadoras ya están aceptando cambiar los Note 7 que han vendido por otros teléfonos, aunque sea fuera del periodo inicial durante el que legalmente se puede obtener la devolución del dinero. También allí, la Consumer Products Safety Commission está investigando el asunto de los supuestos dispositivos de reemplazo defectuosos.
La pelota ahora está en el tejado de Samsung. Por un lado, tendrá que pronunciarse sobre las nuevas acusaciones de nuevas explosiones que acabamos de comentar, y que este fin de semana han tomado mucho protagonismo en los medios. En The Verge, por ejemplo, titulan que “Samsung sabía que un tercer dispositivo de reemplazo del Note 7 ardió el martes y no hizo nada”. En Android Police van todavía más allá y recomiendan no comprar un teléfono de este modelo. No sólo por los problemas de la batería, sino porque estos pueden significar que Samsung se desentienda de las actualizaciones de software en el futuro si finalmente se deja de vender.
Por otro lado, me atrevería a decir que el futuro del Note 7 es incierto al día de hoy. Samsung tendrá que confirmar (o negar) los casos que hemos comentado y, si finalmente se confirman, solucionar el problema técnico que puede estar causándolos. Pero, independientemente de todo eso, el daño hecho a la imagen de marca del Note 7 es muy importante. No solo hablo de las bromas en Internet, sino de que hasta las aerolíneas recuerdan el peligro que supone en cada viaje. Se ha convertido en “el teléfono que explota”. ¿Será capaz el dispositivo de recuperarse de estos problemas de reputación?
 
(Nota de María González para Xataka)

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