Voces del Periodista Diario

Miden contaminación con diatomeas

Pequeñas algas son aprovechadas por investigadores mexicanos para revisar los niveles de contaminación en ríos del centro de México.

El trabajo, encabezado por Enrique Arturo Cantoral Uriza, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en Querétaro, aprovecha las diatomeas.

Los científicos encontraron que las diatomeas pueden actuar como una pared que retenga metales pesados de las industrias en el agua, detalla en un comunicado de prensa.

Es decir, las colonias de algas funcionan como un filtro para que los metales se peguen a las paredes celulares de este grupo, que son de sílice, duras como vidrio.

“Eso nos permitiría retenerlos, capturarlos mecánicamente y confinarlos para impedir que pasen a los sistemas acuáticos”, considera el investigador.

Organismos ancestrales

Ancestrales y de rápida reproducción, las diatomeas son algas eucariotas o con núcleo, que viven y se desarrollan asociadas al agua, no importa si está limpia o muy sucia.

“Las diatomeas sobreviven y se reproducen en el agua, aunque ésta tenga variaciones por la presencia de desechos agrícolas, industriales o domésticos producidos por el ser humano”, señaló a través de un comunicado de prensa de la UNAM.

Cuando estas algas predominan en un ambiente, quiere decir que existen altos niveles de contaminación, pero si coexisten con otros organismos, hay un equilibrio ecológico.

Las algas fueron tomadas por el equipo de Cantoral Uriza del río Pánuco y el río Magdalena, en Los Dinamos del Distrito Federal.

Cantoral y sus colaboradores han estudiado la región centro de México, cuencas hidrográficas como la del río Pánuco y el río Magdalena, en Los Dinamos del Distrito Federal.

En dicha zona hay 113 especies algales distribuidas entre verdes, cianoprocariotas y diatomeas. Estas últimas constituyen cerca de 90 especies y son el grupo con mayor riqueza en cantidad y variedad.

De estas últimas, los universitarios tienen muy bien caracterizadas alrededor de 10 especies para aguas limpias, en proceso de alteración y sucias, pues el río Magdalena se altera básicamente por desechos urbanos de asentamientos irregulares, desde los años 70.

En México no hay educación ambiental, sólo un discurso que no llega a la acción congruente. Aquí prevalece la carencia de mirar esos sitios como entornos funcionales de interacción, que permiten una biodiversidad amplia de los sistemas por donde pasa el agua, sostuvo el biólogo.

 

Con información de Reforma

Articulos relacionados

Otro incendio de ducto de Pemex en Puebla, ahora en Acatzingo

UNAM anuncia regreso a clases presenciales

El primer ministro pakistaní promete dar “una lección a la India” en medio de la disputa sobre Cachemira