El brote de rayos gamma GRB 190829A, registrado en agosto del 2019, desafía las teorías dominantes sobre este tipo de fenómenos, afirman los autores de un estudio publicado este jueves en la revista Science.
Normalmente, los brotes de rayos gamma llegan a nuestro planeta desde unos 20.000 millones de años luz. El GRB 190829A se generó en la constelación Erídano, a una distancia de 900 millones de años luz. Dada su relativa proximidad, los científicos pudieron “observar el resplandor crepuscular durante varios días y energías de rayos gamma sin precedentes“, señala el astrónomo Andrew Taylor en un comunicado del Sincrotrón Alemán de Electrones (DESY).
“Podríamos determinar el espectro del GRB 190829A hasta una energía de 3,3 teraelectronvoltios, que es aproximadamente 1.000 millones de veces más energético que los fotones de la luz visible. Esto es lo excepcional de este estallido de rayos gamma: sucedió en nuestro patio trasero cósmico, donde los fotones de muy alta energía no fueron absorbidos en colisiones con la luz de fondo en su camino a la Tierra, como sucede en distancias más grandes en el cosmos”, indica Edna Ruiz-Velasco, del Instituto Max Planck de Física Nuclear.
Sin embargo, los investigadores notaron un destello inesperadamente similar de rayos X, cuya temporalidad y espectro coincidían con los de los rayos gamma.
“Nuestras observaciones revelaron similitudes curiosas entre los rayos X y la emisión de rayos gamma de muy alta energía del resplandor crepuscular del estallido”, explica la coautora del estudio, Sylvia Zhu.
Generalmente, se cree que estos tipos de rayos tienen origen diferente. En concreto, se supone que los rayos X son fruto de la desviación de electrones superrápidos y los gamma, que requieren energías más altas, de sus colisiones con fotones. Sin embargo, la coincidencia de los dos flujos sugiere que se produjeron mediante un mecanismo común.
“Sería bastante inesperado observar características espectrales y temporales tan notablemente similares en los rayos X y las bandas de energía de rayos gamma de muy alta energía, si la emisión en estos dos rangos de energía tuviera diferentes orígenes”, señala otro miembro del equipo, Dmitri Jangulián.
La curiosa coincidencia requiere realizar más estudios para entender mejor la naturaleza de los brotes de rayos gamma. Entre tanto, el DESY publicó una animación en 3D del estallido que generó el GRB 190829A.
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VP/CIENCIA Y TECNOLOGÍA/AA