La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) informó que lleva a cabo el Programa de Acción para la Conservación de Especies (PACE) para el berrendo peninsular.
Refirió que actualmente la población de berrendo peninsular es de unos 500 ejemplares.
Esta especie, cuya existencia ha persistido en el tiempo, mide un metro de altura y su color es rojizo; puede pasar meses sin beber agua y está acostumbrado a vivir en condiciones extremas.
Se estima que antes de la colonización europea, abundó la Conanp, la población total de berrendos fluctuaba en unos 50 millones de ejemplares en las planicies de Norteamérica.
Para 1924 el gobierno mexicano prohibió su cacería, con poco éxito, y la población continuó en descenso hasta que en las décadas de los setenta y ochenta los censos arrojaron niveles alarmantes, hasta llegar, a finales de los años 90 a 164 ejemplares.
La Conanp refirió que su aislamiento geográfico como la disminución tanto del número de ejemplares en vida libre y su variabilidad genética, hicieron que esta especie sea considerada en México, como en peligro de extinción y protegida bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010.
La Comisión refirió que con el Programa de Acción para la Conservación de Especies (PACE) del berrendo peninsular, puesto en marcha en 2009, actualmente hay 500 ejemplares, por lo que se puede afirmar que el número de ejemplares va en recuperación.
El hábitat actual del berrendo, indicó la Conanp, está en los territorios protegidos de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno y en el Área de Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios, en Baja California.
Esta especie, resaltó la Conanp, es considerada el único “antílope” del Nuevo Mundo y un símbolo nacional para los mexicanos, por habitar estas regiones, donde han resistido por miles de años, así lo atestiguan las pinturas rupestres que aún se pueden ver en algunas cuevas.
Refirió que la época de apareamiento varía de acuerdo al rango geográfico de distribución de las diferentes poblaciones. El apareamiento de la población peninsular ocurre en los meses de junio y julio.
La Conanp señaló que este mamífero herbívoro, considerado uno de los animales más veloces del planeta, come plantas que para otras especies resultan tóxicas y en épocas complicadas del año reduce su consumo de alimentos y su movimiento, para economizar energía.
(Nota de Blanca Estela Botello para La Crónica)