Toda la historia detrás de la evolución de este sistema “es la retroalimentación entre ambas cosas”, dijo Coltice. Él y su equipo trabajaron durante ocho años para reproducir este proceso en un modelo que fuera más consistente que los análogos y solo tomó 9 meses ejecutar la simulación de los procesos geofísicos que habían tardado miles de millones de años en cumplirse en la realidad.
Hay muchos aspectos en que el modelo no es una imitación perfecta de la Tierra, admitió el científico en un comentario. Pero se pudo confeccionar un planeta virtual de aspecto realista, con zonas de subducción, deriva continental, crestas y fosas oceánicas.
Las fuerzas del manto prevalecían cuando los continentes se estaban uniendo. Sin embargo, no eran las columnas calientes de magma, llamadas plumas de manto, la razón principal de la división de los continentes. Las zonas de subducción, donde un fragmento de la corteza es empujado con fuerza por debajo de otro, impulsaron la ruptura continental dentro del modelo.
Las ascendentes plumas de manto entraron en juego más tarde y pudieron alcanzar las rocas superficiales que se habían debilitado por las fuerzas generadas en las zonas de subducción. De esta manera se perfilaron los puntos más débiles, en los que era más probable que el supercontinente se agrietara y se rompiera.
Coltice estima que su modelo podría servir en el futuro para explorar todo en la geofísica, desde los principales eventos de vulcanismo hasta cómo se forman los límites de las placas y cómo se mueve el manto en función de la rotación de la Tierra.
VP/CIENCIA Y TECNOLOGÍA/AA