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Lorena Dromundo, la fuerza de voluntad en el ciclismo de descenso

Lorena Dromundo se identifica con la frase de que ‘lo que no te mata te hace más fuerte’. Y es que la número uno de México en downhill (ciclismo de descenso) y 15 del planeta, cuenta que hace tres años sufrió un grave accidente en el que se partió el hígado y tuvo un derrame cerebral “¡De milagro estoy viva!, pero gracias a Dios me encuentro muy bien y con ganas de seguir representando a México en este deporte que me apasiona”.

A principios del presente mes, la ciclista de 26 años de edad se convirtió en ganadora del Campeonato Panamericano de su especialidad celebrado en Colombia, donde se impuso a la vigente campeona, la argentina Camila Nogueira. Ese éxito  le dio mayor seguridad  para seguir cosechando logros en próximas Copas del Mundo, dijo Lorena.

“Este año quiero regresar a Quebec, a correr en  Mont-Sainte-Anne-Canadá  (5 y 6 de agosto), donde en 2014 quedé top 15 del mundo. Eso después de mi accidente en el Ajusco”, cuenta Lorena en su visita a La Crónica de Hoy.

“Llevó 15 años practicando downhill, pero después de mi accidente y de ese top 15 me di cuenta que aún puedo alcanzar más y mejores resultados”. Sin importarle que no cuenta con un equipo multidisciplinario de trabajo y que todo su entrenamiento lo hace sólo con asesoramiento de sus amigos y todo el respaldo de su madre para viajar sola a las Copas del Mundo.

De la Federación Mexicana de Ciclismo (FMC) sólo recibe el aval para competencias internacionales, porque el downhill aún no es prueba contemplada en el programa olímpico. De ahí que ella busca sus propios patrocinadores para viajar sólo en compañía de su bicicleta. Tal y como lo hizo la primera vez, cuando tenía 14 años en su primer viaje a Italia como juvenil.

Un accidente cambió su vida

Lorena cuenta que hace tres años, durante un entrenamiento en el Ajusco, sufrió una grave caída al saltar una rampa; perdió el conocimiento y despertó después en el Hospital Médica Sur. Ahí fue intervenida del hígado que se le había partido en dos.

“Aparte de lo del hígado, tuve un derrame cerebral y colapso en un pulmón. ¡De milagro estoy viva!, porque además estaba contrarreloj para llegar al hospital. Me desangré mucho y luego cuando entré a operación le dijeron a mi mamá que no sabían si iba a sobrevivir. Luego, sobreviví y al salir de la cirugía, necesite 5 días más para ver que no había problema”.

Cuando su familia creyó que ya lo grave había pasado, Lorena relata que su mamá comentó a los médicos que su hija estaba muy rara, pues no se habían dado cuenta del derrame cerebral. “Tenía que estar durante 8 días completamente tranquila, de no tener emociones fuertes porque se me podía desatar un coágulo, por fin salí. Al mes me revisaron y ya había diluido toda la sangre de la cabeza. Me recuperé al 100%. Eso fue en octubre, en noviembre ya estaba bastante bien de la cabeza. Para diciembre ya estaba arriba de la bici paseando prácticamente sin que los doctores me dejaran, pero lo hice porque yo nunca sentí dolor de nada. Para mí no había pasado nada y no lo hubiera creído si no me contaran que en realidad sucedió”.

El médico que atendió a Lorena también se sorprendió de su recuperación y aún cuando le dieron ocho meses para estar en observación, ella se tomó la mitad de ese tiempo.

“Yo tenía cita en enero para ver cómo iba el hígado y me dijeron que mi recuperación era sobre acelerada, que iba muy rápido y que tendría 8 meses de observación tras la caída. Le dije al médico es que en febrero era el Campeonato Nacional y le pedí: dígame que sí puedo, para no ir insegura”.

Tras su insistencia a Lorena se le autorizó continuar en su actividad bajo su responsabilidad, a lo que agrega, “el miedo siempre existe, pero, o te paraliza o te hace sobrevivir. Para mí el miedo es habitual. Y ese año gané el Campeonato Nacional y quedé top 15 en la Copa del Mundo en Quebec. Luego me fui a  Francia, a Escocia. Lo que no te mata te fortalece. Seguía disfrutándolo el ciclismo de descenso como al principio”.

Dromundo cree que su rápida recuperación se debió a que nunca sintió sufrimiento en ese lapso difícil de su vida. “La defensa de mi cuerpo no me deja acordarme de nada y para mí, no pasó nada”.

A partir de entonces, ella se dio a la tarea de superar ese sitio 15 del mundo. Cuenta que hace un  año no asistió a competencias por cambios administrativos en la Comisión de Downhill en el Distrito Federal.

El título que logró hace días en el Panamericano de Colombia se suma a un bronce y una plata en la categoría élite. Pero no son los únicos, también ha cosechado tres títulos juveniles.

Todo esto después de haber empezado por casualidad, a los seis años de edad en el ciclismo de descenso de montaña, mismo que combinó con la equitación hasta los 14 años. “En un principio fue mi hobbie, hasta que decidí hacerlo en forma competitiva y ahora quiero estar entre las mejores del mundo, tengo 26 años, hay mucho por recorrer, hay quienes tienen treinta y tantos y están en el top cinco”, puntualizó.

(Nota de Avelina Merino para La Crónica)

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