*Con 17 heridas por lesión, sin detenid(a), concluye la marcha feminista
Sin detenidos, ni heridos de gravedad, concluyó la tradicional marcha feminista la cual recupera la demanda de exigir la extinción, en todas sus modalidades, de violencia en contra de las mujeres en México y el mundo.
Nutridos contingentes partieron desde distintos puntos de la ciudad, para darse cita en el ombligo de México, el zócalo capitalino, y recibir a un enorme ramillete de mujeres con más de tres generaciones, quienes corearon, a lo largo de sus caminatas, consignas en contra de los gobiernos –como símbolo de la reproducción del sistema patriarcal y machista- que no termina por extinguirse y sigue fomentando la cultura del desprecio en contra de las mujeres, por el simple hecho de serlo, al menos eso fue lo que se alcanzó a escuchar en las bocacalles.
De las heridas
Once mujeres policías, una servidora pública, cinco mujeres civiles, y un integrante de los medios de comunicación, es el reporte de saldo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana al corte de las 20 horas. Si bien no estuvo exenta de estampas estridentes de gritos y algunos brincos alrededor de fogatas, el saldo es benévolo en comparación a otras manifestaciones donde incluso se vieron volar por los aires a mujeres-bomba, frente al Palacio de las Bellas Artes o a las puertas de Palacio Nacional como fue el caso del 2018.
El breve recuento de la protesta social femenina
Tras un día de prevención, en el que las autoridades capitalinas decidieron “blindar” con muros metálicos – los edificios más afectados por las manifestaciones anteriores de similar índole-, la marcha se realizó bajo el motivo del 25 de noviembre, Día Internacional Contra la Violencia de Género.
El Monumento a la Revolución fue punto central en esta convocatoria que entró en desplazamiento hacia el Ángel de la Independencia para llegar al Paseo de la Reforma, y enfilar, con algarabía y coraje a la avenida Juárez, e incursionar en la calle 5 de mayo para tomar la Plaza de la Constitución, destino final de la marcha.
A esta marcha, asistieron cerca de 2 mil personas según la información brindada por Martí Batres, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, por lo que se convocó a los cuerpos policiacos femeninos para contener cualquier acto de violencia que pudiese presentarse por parte de las partidarias más radicales al movimiento. La indicación siempre fue: “No caer en provocaciones”.
La asistencia, fue en realidad de cinco mil, se oyó decir a Virginia, quien llegó desde Chalco, Estado de México para participar en un contingente de su bachillerato.
Momentos previos, al zócalo, gritos al unísono pronunciando frases como “Vivas nos queremos”, y “Vivas estaremos”, estrellaron en ecos compartidos a lo largo de la calle 5 de mayo, que como caja de resonancia, con su vibración sonora alcanzaron las cúpulas del campanario de la Catedral Metropolitana, que inmutables como el tiempo, fueron, de nuevo, testigo del coraje de cientos de mujeres que exigen justicia.
Grupos feministas instalaron un tendedero para denunciar casos de violencia de género, adjuntando el nombre y la fotografía de los presuntos agresores.
A medida que avanzaba la marcha, empezaron los disturbios por parte de grupos de mujeres encapuchadas, las llamadas “flores negras”, pintando el amurallamiento de los edificios, arrojando objetos hacia el cuerpo policiaco y quemando la inmobiliaria de las calles afectadas.
Para atender la situación, la policía de la CDMX reaccionó retirando mazos, martillos, desarmadores y latas de aerosol a mujeres vestidas de negro, quienes portaban esos objetos.
La situación de violencia dentro de la manifestación se agravó hasta llegar a reportarse agresiones con bengalas de humo y color hacia las policías con escudo resguardando las inmediaciones de los edificios.
Al filo 18:00 horas, la marcha llegó hasta el Zócalo, donde madres de víctimas de feminicidio se pronunciaron acompañadas de banderas y consignas frente al Palacio Nacional.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) reportó a 16 mujeres lesionadas, y un integrante de los medios de comunicación.
En la marcha se pudo observar a grupos de manifestantes encapuchadas prendiendo una fogata y bailando alrededor de ella tomadas de la mano, a la vez que gritaban, coreaban y cantaban lemas exigiendo la desaparición de la violencia de género en el país. Se reportaron pintas tanto en el amurallamiento, piso y hasta en los escudos de los cuerpos policiacos.
Al caer la noche, continuaron las protestas hasta disolverse poco a poco conforme se vaciaba el zócalo, en apariencia de melancolía.
Finalmente, se presentaron los cuerpos de limpieza de la Ciudad siguiendo el recorrido de la marcha, recogiendo la basura y los destrozos, y a los lejos solo quedaba el eco de la protesta y la exigencia de justicia.
Axel Aguirre, Redactor
Francisco Tapia, Editor de imagen
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