Voces del Periodista Diario

El hacinamiento como una bomba de tiempo social

Hacinamiento- falta de espacio en viviendasEl hacinamiento puede ser un factor desencadenante de conductas antisociales, aseguró el doctor Javier Urbina Soria, quien ha estudiado el tema en la Facultad de Psicología de la UNAM: “Al paso de los años tiene un efecto acumulativo, en apariencia no pasa nada, pero llega el día en que la persona explota psicológicamente, a tal grado que realiza conductas sociales negativas, agresiones”.
Su línea de investigación se ubica en la psicología ambiental, la cual se aboca al análisis de las interacciones entre el comportamiento del ser humano y las características del lugar donde vive o realiza sus actividades cotidianas.
Elementos como el hacinamiento, la privacidad, la territorialidad y el espacio personal conforman lo que en el ámbito de la psicología se denomina conducta espacial humana.
“Estos cuatro componentes se conjugan en una casa donde hay escasez de metros cuadrados y una familia numerosa. Sus integrantes no sólo se sienten escasos de espacio, también pierden privacidad, luchan por territorio y su espacio personal es invadido de forma constante: basta que uno se levante al baño cuando están viendo televisión, para que roce a los otros”.
Crónica publicó recientemente historias de familias hacinadas, tanto en el ámbito rural como en el urbano. En el país, hay más de 10.2 millones de personas en esta condición, la cual está relacionada con violencia intrafamiliar, abusos contra mujeres o niñas, riesgos de salud y falta de seguridad e intimidad personales.
—¿Cómo se da el efecto acumulativo?—, se pregunta al investigador.
—Imagínate a una persona hacinada en su casa, que sale a trabajar o a la escuela y usa un transporte muy hacinado, cuyo lugar de trabajo o salón de clases está hacinado, que regresa a casa de nuevo apretujado y llega otra vez a su cuarto sin espacio. Lo que hemos concluido en nuestros estudios es que a lo largo del tiempo todo esto tiene un efecto negativo en el comportamiento de la persona y deriva en irritación, enojo, ira, mal comportamiento social.
—¿Es causa directa?
—No, porque hay muchos que viven hacinados y no trasgreden, pero sí es una circunstancia adicional a otras de la vida cotidiana que hacen que la persona se dispare y cometa una torpeza o conducta antisocial. La gente se siente inconforme con su situación de vida y el hacinamiento se suma a ese malestar cotidiano.
Según el doctor Urbina, “el hacinamiento no es tanto una situación externa, sino un asunto psicológico, cognoscitivo: puede ser que ante una alta densidad física o social, se sienta hacinada o puede ser que no, depende de con quienes se encuentra, si le son gratos o no; si está por su voluntad o es forzada, si se puede retirar o debe permanecer ahí mucho tiempo”.
—¿Qué le parece el parámetro de hacinamiento marcado por el Coneval: 2.5 personas por cuarto?
—Depende del tamaño del cuarto, es un factor psicológico, no sólo externo. Todos los parámetros numéricos se establecen para tener el censo de familias beneficiadas en un determinado programa social, y para tener un punto de corte de las que no serán beneficiadas. Lo que nadie puede negar es que el tamaño de las viviendas en nuestro país, especialmente en zonas urbanas, se ha reducido a tal grado que ya no es saludable.
—Según el Infonavit, de 2004 a 2012 se construyeron casi un millón de viviendas con un solo cuarto…
—Es abandono institucional.
—El récord es de 21 personas viviendo en un cuarto de 35 metros cuadrados…
—Difícilmente se le puede llamar vida a eso: tienen un metro y cachito para cada uno. ¿Qué privacidad tienen? ¿Qué tal si entre ellos hay parejas? ¿Qué ocurre con hacer el amor? Si están en esa situación es porque no les sobra dinero para ir a otro lado a acariciarse, lo tienen que hacer ahí: unos simulan no hacer nada y otros hacen como que no oyen.
“El hacinamiento”, afirma Urbina, “demuestra que los humanos somos terriblemente adaptables: nos adaptamos a las peores condiciones. Hay quien dice que es una ventaja, pero es una desventaja, porque somos tan adaptables que no importa qué tan miserables sean las condiciones, somos capaces de tolerarlas”.
—Pero en cada hacinado siempre está presente la ilusión de tener algo más…
—Puede ser que al preguntarle cómo se siente a una familia con notorias carencias de vivienda, algunos integrantes digan que no tan mal, que ahí la llevan, esto obedece a que provienen de otro lugar donde estaban en peores condiciones, así que mejoraron un poquito… Aunque los de afuera veamos la situación como infame, ellos están menos peor…
DEFINICIONES
Espacio personal: Para sentirnos confortable, los seres humanos permitimos que los demás se nos acerquen hasta cierta distancia. Reducir esa distancia equivale a la invasión de nuestro espacio. Hay casos en que no hay otra opción que soportar la invasión, como al viajar en el metro. De acuerdo con estudios psicológicos, consentimos más que se nos acerquen por los lados o por detrás, y mucho menos por delante, a menos que se trate de alguien de confianza o demos permiso.
Privacidad: Se refiere a decidir cuándo y cómo se trasmite a los demás información sobre nosotros. En un contexto de mucha cercanía con personas desconocidas, se evita sostener una conversación privada por el riesgo a ser escuchado. La pérdida de la privacidad no sólo es auditiva sino también visual.
Territorialidad: Es la apropiación y defensa de áreas específicas del lugar donde nos encontramos, así como de ciertos objetos que se ubican ahí, los que sentimos como propios. Involucra un derecho de exclusividad que a veces puede ser aprobado por el resto de las personas con quienes convivimos, pero que a veces no lo es.
Hacinamiento-operación sardina
(Investigación de Daniel Blancas)

Articulos relacionados

Puigdemont a RT: “Debemos tener confianza y ser fuertes, ganaremos”

Remesas crecieron 6.15 por ciento de enero a noviembre del 2017

‘Cacería de brujas’, califica Trump a la investigación sobre injerencia rusa en elecciones