ESTADOS UNIDOS, (Sputnik), 19 de marzo de 2021 .- Un nuevo estudio ha encontrado más de un centenar de sustancias químicas distintas en el organismo de mujeres embarazadas, las fuentes y usos de algunas de ellas se desconocen.
De acuerdo con la investigación, llevada a cabo por un grupo de científicos de la Universidad de California en San Francisco (EEUU), lo más probable es que estas sustancias químicas provengan de productos de consumo u otras fuentes industriales.
“Estos químicos probablemente han estado en las personas durante bastante tiempo, pero ahora nuestra tecnología nos está ayudando a identificar más de ellos”, dijo Tracey J. Woodruff, profesora de obstetricia, ginecología y ciencias reproductivas en la universidad.
Las sustancias se encontraron tanto en la sangre de las mujeres embarazadas como en la de sus hijos recién nacidos, lo que sugiere que estos químicos pueden viajar a través de la placenta de la madre y transmitirse a sus bebés.
“Es alarmante que sigamos viendo que ciertas sustancias químicas viajan de las mujeres embarazadas a sus hijos, lo que significa que estas sustancias químicas pueden estar con nosotros durante generaciones”, dijo la académica.
Para identificar las sustancias químicas artificiales en el organismo de las personas el equipo científico utilizó espectrometría de masas de alta resolución (HRMS). En total, se identificaron 109 sustancias, de las cuales 55 nunca antes habían sido reportadas en humanos y 42 son “sustancias químicas misteriosas”, las cuales no se sabe a ciencia cierta de dónde vienen y en que se utilizan.
“Es muy preocupante que no podamos identificar los usos o fuentes de tantos de estos químicos”, subrayó Woodruff.
La científica instó a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos —EPA, por sus siglas en inglés— a “hacer un mejor trabajo” y exigir a la industria química que estandarice los informes de sus compuestos químicos y sus aplicaciones.
“Necesitan usar su autoridad para asegurarse de que tenemos la información adecuada para evaluar los posibles daños a la salud y eliminar del mercado los productos químicos que representan un riesgo”, concluyó la académica.
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