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EVOCARÁN A ELVIS PRESLEY CON SHOWS Y HOMENAJES, A 36 AÑOS DE SU MUERTE

Elvis Presley

México, 15 Ago. (Notimex).- El cantante Elvis Presley, considerado un icono del rock and roll y cuyo legado musical lo mantiene vigente en la memoria de sus seguidores, será homenajeado por miles de personas en Graceland, a 36 años de su muerte.

Cada año, fans de diversas partes del mundo se dan cita en la mansión de Memphis, Tennessee (Estados Unidos), donde “El Rey” vivió desde su juventud, hasta su muerte, como parte de la semana dedicada al artista, la cual se realiza desde hace 30 años organizada por la empresa Elvis Presley Enterprises, su ex esposa Priscilla Presley y su hija Lisa Marie, junto a sus clubes de seguidores y el ayuntamiento de la localidad.

En México, el sábado 17 de agosto se presentará el “show” “Elvis symphonic experience”, con Héctor Ortiz, catalogado el mejor imitador en América Latina de “El Rey del Rock and Roll”.

Elvis Aaron Presley nació el 8 de enero de 1935, en el poblado de Tupelo, Mississippi. Fue hijo gemelo sobreviviente de Vernon y Gladys Smith Presley, quienes trabajaban en una compañía de pinturas y en un hospital como enfermera, respectivamente.

Vivió apegado a su madre, particularmente tras el cambio de residencia familiar a la ciudad de Memphis, Tennessee, donde a partir de sus 13 años empezó a desarrollar un interés por el blues.

Tras egresar de la secundaria, Elvis se empleó como chofer de tractor en una compañía de electricidad, hasta que cierto sábado de julio de 1953 decidió acudir a la modesta compañía de discos Sun Records, para realizar una grabación privada de la canción “My happiness”, que le regalaría a su madre el día de su cumpleaños.

Un año después regresó al estudio con el propósito de grabar un segundo disco privado, que incluiría las canciones “Amor de ocasión” y “Nunca permaneceré en tu camino”. Fueron precisamente estas interpretaciones las que le abrieron el camino hacia la fama y éxito, al llamar la atención del promotor Sam Phillips.

El año de 1956 fue decisivo en su carrera, ya que grabó por primera vez en los estudios neoyorquinos de la RCA su versión de la canción de Carl Perkins, “Blue suede shoes”, así como siete selecciones más para su primer LP con la prestigiada compañía estadunidense.

En ese mismo año, su éxito “El hotel de los corazones rotos” lo convirtió en millonario vendedor de discos. De ahí llegó al éxito en las taquillas de los cines con su primer largometraje, originalmente titulado “The Reno brothers”, pero renombrada “Love me tender”, en honor a una de sus canciones más sentidas.

Un año antes, a raíz de trabajar con el coronel Parker y los célebres Scotty Moore, Bill Black y DJ Fontana, la mercadotecnia hizo acto de presencia.

En sus conciertos empezaron a venderse todo tipo de “souvenirs”: corbatas, balones, sombreros, gorras, camisetas, calcetines y cualquier cosa que a finales de siglo formaron parte indispensable de la gira de cualquier grupo de rock que se preciara de su fama.

El 24 de marzo de 1958 ingresó al Ejército de Estados Unidos, enterrando con ello la que sería su época más interesante como cantante e innovador. Asignado recluta al fuerte Chaffee de Arkansas, el ídolo de las jovencitas de los años 50 permitió que le cortaran el copete.

Aquella imagen de seguridad que proponía proyectar al mundo empezó a derrumbarse el 14 de agosto de 1958, cuando a los 42 años, su madre murió.

Elvis regresó a su país transformado, con la chica a la que amaba, Priscila, con una madrastra y su hábito por las pastillas para dormir. Pero nada de esto, ni siquiera su falta de conciertos, afectó el cariño de sus admiradoras.

Con el nacimiento de su hija Lisa Marie, la popularidad de Elvis recibió un nuevo ascenso. A partir de ese momento, la letra de las canciones que interpretaba se convirtieron en poemas llenos de amor, vivencias, sustancia y realidad.

En esta etapa sus mayores éxitos fueron canciones del tipo de “Suspicious minds”, “In the ghetto” y “Burning love”. Priscilla, por su parte, se consolaba de los rumores de las citas furtivas de Elvis con sus admiradoras, entendiéndose con el profesor de karate de su marido.

Elvis pasó de la depresión a la esquizofrenia, de la melancolía a la hiperactividad, de la amabilidad a la ira y a la histeria, de sus 70 kilos de peso a los más de 115 que lo aislaron en las paredes de Graceland.

Las pocas presentaciones personales que realizó en aquella época fueron de mal en peor. En escena, daba la impresión de que no le importaba nada, ni la música, ni su imagen, ni sus largos monólogos que cada día se volvían más incomprensibles.

Pocos días antes de su muerte, Elvis ya no coordinaba sus ideas; perdía la memoria y caía en incoherencias. Luego de ser trasladado de manera urgente al hospital Baptist Memorial, en Memphis, fue declarado muerto el 16 de agosto de 1977.

En Inglaterra hubo quienes de manera espontánea vistieron de luto. En París, el diario “Le Monde” le rindió homenaje póstumo y en Japón los locutores lloraron abiertamente ante el micrófono.

Los admiradores llegaron a Graceland para formar parte del cortejo fúnebre que acompañaría a Elvis a su última morada.

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