Ya ha tenido suficiente con soportar durante toda su vida las comparaciones con la impresionante trayectoria de su padre. Sin embargo, sus propios errores lo alejaron del camino estelar por el que ya transitaba, y ahora, Julio César Chávez Junior parece dar pasos hacia el precipicio que pondría fin a su carrera boxística.
Chávez Junior conquistó por méritos propios y luego de años de cuestionamientos, el campeonato mundial de peso medio del Consejo derrotando a Sebastian Zbick, un rapidísimo boxeador alemán quien perdió la condición de invicto y la corona a manos de Julio César en lo que fue el combate por el título absoluto, habiendo ganado previamente y defendido en un par de ocasiones la corona interina.
Mientras Zbik se retiró tras perder su segunda pelea un año después ante el “Bombardero” Alemán Felix Sturm, tratando de ganar el título supermediano, todo parecía apuntar a que Chávez, invicto entonces en 43 peleas, finalmente despegaría en el mundo del boxeo.
Sin embargo, luego de tres defensas, una de ellas cuestionada particularmente ante Marco Antonio “Veneno” Rubio, Chávez se vio forzado a darle la oportunidad titular al veterano argentino Sergio “Maravilla” Martínez, para entonces considerado uno de los mejores peleadores del mundo.
LA HORA DE LA VERDAD. Julio César tuvo que dejar la “comodidad” del estado de Texas que albergó sus tres defensas titulares para ir el 15 de septiembre del 2012 al Thomas en Mack Center de Las Vegas.
En el mismo escenario donde 20 años y 3 días atrás, su padre derrotó ante un entradón a Héctor “Macho” Camacho, Julito, como se le conoce, provocó otra entrada de igual magnitud y habemos quienes aseguramos, que debido a que hubo miles de aficionados que ya no consiguieron boletos para esta función, se fueron a “rellenar” el pálido MGM Grand, donde el “Canelo” Álvarez se enfrentaba a un desconocido Josesito López la misma noche y prácticamente a la misma hora.
La prueba de fuego terminó por quemar a Chávez Jr. A pesar de tener mejor boxeo que su rival, una pegada superior y condiciones físicas para derrotar al argentino, no se atrevió a entrar en el combate franco que se necesitaba y para cuando lo intentó, incluso poniendo en la lona a su rival, ya era demasiado tarde. Martínez se llevó la victoria, el campeonato del mundo y muchas de las ganas de boxear del Junior, quien tardó más de un año en regresar a los cuadriláteros.
EL TOBOGÁN. Chávez Junior mismo se encargó de poner en duda su trayectoria en un principio, cuando violando las leyes norteamericanas fue arrestado por manejar bajo el efecto de bebidas embriagantes y además, fue suspendido por la Comisión de Nevada por un doping positivo de mariguana en la pelea ante Martínez, que además era una reincidencia de lo acontecido después de otro combate en el 2009.
Siempre con el apoyo del Consejo Mundial de Boxeo, Julio César tuvo una nueva oportunidad en su carrera, cuando en su condición de ex campeón mundial del organismo, le fue autorizado un combate por el título Continental de las Américas de peso supermediano ante el norteamericano Brian Vera, a quien había derrotado con otro polémico fallo en su combate de reaparición. Sin embargo, tan polémico fue un fallo como el otro. Julio siguió ganando sin convencer, como ocurría en los años previos a su victoria sobre Zbik.
Sus diferencias e irresponsabilidades, según se supo, provocaron que sus manejadores, Freddie Roach y Roberto García, en su momento se negaran a seguir trabajando a su lado.
Pero lo peor aún estaba por venir, porque al no tener un régimen de entrenamiento adecuado, llegó a pelear en la división de peso semicompleto, donde buscando el título internacional, también del CMB, fue finalmente derrotado por nocaut técnico por el polaco Andrzej Fonfara en el noveno episodio de su pelea celebrada en Carson, California, el 18 de abril del año pasado.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD. Con la idea de retomar su carrera reapareció en El Paso, Texas, donde se impuso sin mayor brillo a Marcos Reyes, combate que se suponía serviría para ponerse a punto de cara a una presunta pelea de campeonato mundial de peso supermediano ante el sueco Badou Jack, un veterano moreno de 32 años con apenas 22 peleas profesionales, 12 de ellas ganadas por nocaut con un empate y una derrota, y quien ha hecho prácticamente su carrera en Estados Unidos, pues sus últimas 17 peleas han sido en territorio norteamericano.
Sin embargo, ni la pelea titular se ha firmado e incluso su rompimiento con la promotora Top Rank donde fue cobijado prácticamente toda su carrera, ha desencadenado la incertidumbre sobre su futuro.
Su papá, Chávez González, incluso anunció que dejaría su trabajo como comentarista de televisión para asesorar y cuidar a su hijo. Otro punto de decepción vino cuando sin avisar, se salió de la concentración en la que trabajaba en Big Bear, California, sin dar aviso a su padre y entrando en una polémica frontal.
LA POLÉMICA
Tras abandonar el campamento en Big Bear la semana pasada, JC Chávez se mostró muy molesto: “Ya no puedo tapar nada. Si este muchacho, que es mi hijo, sigue con esa indisciplina, con esa irresponsabilidad que tiene, le deseo que mejor se retire, que no pelee”.
Ante estas declaraciones Chávez junior tomó su turno para hablar: “No sé por qué dijo eso, yo bajé de Big Bear a Los Ángeles a checarme el talón, de ahí me fui a correr a Santa Mónica, aproveché para ver a mi hija y ya voy de regreso a hacer sparring porque ya me siento muy bien del talón, quizá se enojó porque no hago las cosas como él quiere, pero lo respeto porque es mi padre, pero ya tengo 30 años”.
EL FUTURO
A pesar de que Julio César se preparaba para el supuesto combate ante Badou Jack el 30 de abril, éste no está firmado, y todo se ha centrado en diversas declaraciones, todas ellas de fuentes cercanas al propio Junior. Si Chávez llega a enfrentar al sueco y éste lo derrota, prácticamente se habrán acabado las oportunidades de primer nivel para quien fue considerado en algún momento, uno de los dos mejores prospectos del boxeo mexicano junto con el “Canelo” Álvarez. A sus 30 años y con un cartel dañado por sus constantes apariciones en situaciones problemáticas, probablemente ninguna empresa seria se anime a incluirlo en sus carteleras, tomando en cuenta todo lo acontecido en el pasado reciente.
Chávez nunca tuvo el potencial de su padre y fue injusto compararlos, pero bien pudo, con el físico que tiene y el buen boxeo que aprendió de su legendario progenitor, llegar a mucho más. Hoy, más bien parece que el final de su carrera se acerca de manera vertiginosa…
(Nota de Edgar Valero Berrospe para La Crónica)