INTERNACIONAL, (RT), 31 de julio de 2018 .- La humanidad usa la naturaleza 1,7 veces más rápido de lo que se regenera. En otras palabras, en 2018 usamos 1,7 “Tierras” más de lo que deberíamos. Sputnik consultó al especialista uruguayo en ambiente Enrique González, quien aseguró que en el Cono Sur “el agronegocio es uno de los principales modelos” que destruyen los recursos naturales.
La humanidad usa la naturaleza 1,7 veces más rápido de lo que se regenera. En otras palabras, en 2018 usamos 1,7 “Tierras” más de lo que deberíamos. Sputnik consultó al especialista uruguayo en ambiente Enrique González, quien aseguró que en el Cono Sur “el agronegocio es uno de los principales modelos” que destruyen los recursos naturales.
Según las predicciones para 2018, la demanda anual de la humanidad a la naturaleza excede 0,7 veces lo que los ecosistemas de la Tierra pueden regenerar en ese lapso de tiempo.
Este 1 de agosto habríamos consumido todos los recursos naturales de 2018, es decir: todos los árboles, agua, suelo fértil, peces, etcétera, que la Tierra nos puede aportar en un año. Es la fecha más temprana desde que el mundo comenzó a “sobrepasarse”, a principios de los años 70, explican en su página web y en el siguiente tuit:
“No es que de un día para otro vaya a pasar algo en concreto —puntualizó González-. Se trata de un proceso continuo con tendencias”.
En ese sentido, señaló que la explotación de los recursos naturales o “bienes comunes” no renovables, o que se renuevan a una velocidad que en “escala humana” se consideran no renovables (como los combustibles fósiles), “hay situaciones extremadamente distintas en función de la región del planeta en que se trate”.
Sin embargo, uno de los mayores problemas que los gobiernos y estados debemos enfrentar es el del “modelo de agronegocio”, aseguró González.
El experto explicó que los productores agropecuarios han adoptado un modelo de producción que se caracteriza por la ocupación de grandes superficies, la utilización de semillas “a veces transgénicas o preparadas para soportar determinados pesticidas”, y el uso de fertilizantes.
“Todo eso sumado hace que en general el agua esté contaminada no solamente por pesticidas, sino también por fertilizantes”, aseguró.
En ese sentido, González puso como ejemplo la situación de los ríos de Uruguay, donde claramente se ve reflejado en las algas verdes fosforescentes que los bordean o cubren.
Se trata del proceso de eutrofización: “Cuando llueve los fertilizantes [que se echa a los cultivos o la tierra] se escurren hacia las cuencas, eso produce un aumento de la fertilidad del agua que permite el crecimiento de algas, por eso cuando uno va a los ríos, sobre todo cuando esos ríos se represan y el agua se estanca, se ve una cosa verde medio fosforescente”.
Esa contaminación no proviene únicamente “de un un productor aislado, ni siquiera de un sector, como puede ser el lechero, sino de la suma [de actividades agropecuarias] lo cual hace que la solución tampoco sea sencilla”, concluyó.
Según indicó el especialista, el Atlántico Norte se encuentra “totalmente colapsado” por el alto volumen de pesca que se realiza en la zona; allí se concentra la pesquera industrializada.
“Es el área donde las flotas pesqueras europeas actuaron desde los comienzos de la historia de la pesca masiva, lo mismo en Estados Unidos. […] En contraposición en América Latina tenemos barcos chinos, coreanos, noruegos, pescando porque se agotaron las cosas allá y cada vez se van más lejos a buscar zonas pesqueras”, contó González.
Fauna terrestre
En el algunos lugares del mundo hay defaunación, “la pérdida de especies de la fauna y de ejemplares silvestres”.
Suelos
La situación de la explotación de los suelos también “es muy dispar”, dijo González. “En algunos países con climas particulares, por ejemplo zonas áridas o semiáridas, hay una tendencia a la desertificación“, aseguró y contó que se trata del uso del suelo al punto de que se transforma en un páramo por la extracción de los nutrientes de la tierra, ya sea por un mal manejo de la actividad agrícola.
¿Qué podemos hacer?
“Los productores, no sólo el agrícola o ganadero, sino también el inversor que pone una minera, una prospección petrolera o plantea una fábrica de pasta de celulosa, influyen en el uso del suelo a nivel país; […] esos agentes tienen mucho más peso ambiental que el ciudadano común”, aseguró González.
Por ello considera que el ciudadano “poco puede hacer” más allá de denunciar y cambiar sus hábitos de consumo; la principal responsabilidad es de los “gobernantes o tenedores de la tierra”, concluyó.
VP/CIENCIA Y TECNOLOGÍA/AM