El punto de reunión de la clase política del puerto de Veracruz, ahí, donde crema y nata de la clase gobernante se da cita para rozarse con el proletariado jarocho, El Gran Café de la Parroquia, se quedó como “el chinito”, nada más mirando cuando la Procuraduría Federal del Consumidor llegó este miércoles a inmovilizar la venta de café en grano y molido.
Al café de la calle 16 de septiembre y Serdán, en el centro de la ciudad Veracruz, llegó personal de la Profeco, y tras determinar que se omitía en el etiquetado el sello de Café Veracruzano y tampoco se identificaba el origen del producto –violentándose las normas 051 y 010– la dependencia federal determinó colocar sellos que impiden desde hoy la venta de su producto empaquetado, ya sea que esté en bodega o exhibidor.
La cafetería seguirá dando servicio, pero no podrá vender ni usar ese café. Gilberto Ojeda Camacho, delegado de la Profeco en Veracruz, dijo que además de estas irregularidades, se han presentado diversas quejas contra la cafetería, entre las denuncias prevalece el condicionamiento del servicio y las deficiencias sanitarias.
Con información de NDMX