IRAK, (Sputnik), 13 de abril de 2020 .- Los arqueólogos rusos comenzaron las excavaciones de unos de los asentamientos más antiguos en el sur de Irak. La expedición ruso-iraquí empezó su trabajo a pesar de la epidemia del coronavirus, la crisis gubernamental —acompañada de protestas masivas y la muerte de personas— y el enfrentamiento entre EEUU e Irán que tiene lugar en el país.
La expedición se ocupa de la investigación de dos monumentos en el sur de Irak. Esta es una zona de vastos pantanos de Mesopotamia, la cuna de la civilización sumeria, y de ella, nuestra civilización.
El segundo lugar de excavaciones es el pequeño Tell Wajef cerca de la frontera iraní.
“Wajef debería aportarnos información sobre la historia temprana de la llanura fluvial, sobre el comienzo de la civilización sumeria; Dehaila, sobre el final de la propia historia sumeria“, indicó el investigador.
Una de las direcciones planeadas del proyecto es la cooperación entre los museos de Rusia e Irak.
Dehaila fue saqueado activamente en varias ocasiones. En virtud de un acuerdo con la Dirección de Antigüedades y Patrimonio de Irak, la parte rusa asumió la responsabilidad de proteger este monumento de la historia mundial.
“Nuestro proyecto para preservar los monumentos históricos del sur de Irak y restaurar su entorno cultural y educativo forma parte de la labor de toda la comunidad internacional”, señaló Yankovski-Diákonov.
La organización de la expedición
El científico lamentó que por razones de seguridad tras el asesinato de Qasem Soleimani, uno de los comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, no lograron llegar los colegas alemanes.
Otro miembro extranjero de la expedición, el ceramista Daniel Calderbank de la Universidad de Glasgow tampoco pudo llegar por la cuarentena del coronavirus y el cierre de la comunicación aérea con Irak.
“Hemos establecido un trabajo con él a distancia, y con mucho éxito”, afirmó el investigador.
Una de las tareas de la temporada era comprobar las cuestiones de la organización y la logística.
Sin embargo, el monumento de la investigación de la expedición rusa está situado muy lejos de la base más cercana.
“Los iraquíes dieron un paso sin precedentes para las condiciones actuales: nos permitieron vivir en el monumento. Sin eso, nuestro trabajo en Dehaila no habría sido posible”, declaró.
Se tomó la innovadora decisión de construir casas de caña como las antiguas viviendas sumerias, en las que todo comenzó. Las casas sumerias no solo son hermosas y acogedoras, sino que no hace calor durante el día, y a diferencia de otras estructuras, podrían soportar fácilmente vientos de hasta 20 m/s, reveló el investigador.
Los resultados de la primera temporada
Este año se realizaron los trabajos de prueba en el Tell Dehaila.
“Hemos planeado las cosas con las que los arqueólogos suelen empezar: antes de cavar, tenemos que hacer un estudio geofísico no destructivo, mirar a través del suelo y las tecnologías modernas lo permiten en parte”, reveló.
Se realizó el reconocimiento aéreo de los tells, como resultado, se hicieron los planos topográficos y modelos de altura de los monumentos.
Asimismo, se encontraron muestras de arcilla para las tablas, es decir placas en blanco sin escritura cuneiforme. Según el investigador, esto sugiere que también se encontrarán tablas reales a su debido tiempo.
“Por primera vez en la historia de la ciencia rusa, los asiriólogos rusos tendrán la oportunidad de trabajar con sus propios hallazgos cuneiformes, no comprados de los anticuarios, y encontrados donde fueron dejados por los antiguos”, mostró con entusiasmo Yankovski-Diákonov.
Los investigadores tuvieron que terminar la temporada prematuramente debido a la cuarentena, “que no tenía ningún significado práctico para nosotros, porque vivíamos en el monumento, lejos de todos en el desierto”, lamentó.