Jean Paul y Philip tratan de hacer su mejor receta para un concurso de pasteles, pero nada les queda presentable. Ambos deben aprender que no todo se enseña en los libros y que a veces el ponerle un toque de la propia personalidad hace que las cosas queden deliciosas. De esta manera es que dos tazas de harina, una de leche, una de azúcar, mantequilla, cuatro huevos, un puñado de competencia, diez gramos de rivalidad, una pizca de envidia y mucha diversión, serán los ingredientes para preparar una exquisita puesta en escena llamada La guerra de los pasteles, de Felipe Curiel bajo la dirección de Gisel Casas Almaraz, se estará presentando los sábados y domingos, hasta el 28 de mayo del presente año en la Casa del Teatro, ubicada en la calle de Vallarta No. 31 en el Barrio de La Conchita, en la Delegación Coyoacán a las 13:30 Hrs con las actuaciones de José Nájera Colindres y Christian Diez.
Esta puesta en escena hace alusión al hecho histórico que confrontó a los países de México y Francia en el siglo XIX, en lo que se refiere a la puesta en escena La guerra de los pasteles , nos cuenta la historia de dos aspirantes a pasteleros: Philip (Filippo porque es italiano), un estudiante extrovertido que poco sabe de reglas, y Jean-Paul, un cocinero tradicional francés que hace suya la ortodoxia culinaria, los cuales entablarán una lucha por demostrar cuál de ellos es el estudiante más sobresaliente que se convertirá en el mejor pastelero del rumbo.
La batalla no resulta del todo bueno para ambos cocineros, ya que Philip, reacio a las recetas, deriva que sus primeros intentos de repostería le resulten un batidillo y un desastre, mientras que Jean-Paul, representa la vieja escuela, la que ya ha probado el éxito, esto debido a que cuenta con el recetario de la abuela, por lo que el riesgo no es una actitud que pueda caber en su refractario.
De esta forma este par de aprendices enfrentarán los retos que la maestra les irá poniendo; el francés siempre obtendrá las mejores notas por seguir al pie de la letra las recetas, pero a la hora de ser original, el que recibirá las felicitaciones será el italiano.
Finalmente el destino juntará a estos pasteleros, quienes, como el agua y el aceite, deberán preparar juntos el último pastel del curso para poder graduarse. ¿lograrán graduarse y dejar a un lado sus diferencias estos aprendices de pastelería? ¿quién de los dos logrará ser capaz de demostrar ser el mejor pastelero de la generación? 