El Remate de Libros del Auditorio Nacional comenzó este lunes entre tumultos por las cerca de 13 mil 800 personas que, según los organizadores, se dieron cita en el evento que ofrece descuentos de hasta el 80 por ciento.
Este año destacaron los pendones morados que cuelgan desde el último piso y homenajean a los recién fallecidos Vicente Leñero, Gerardo Deniz y Julio Scherer.
Junto con los puestos de Colofón, Penguin Random House y Conaculta Educal, el espacio de Alfaomega Grupo Editor, de libros técnicos, fue de los más socorridos. “Para la tarea”, señaló un muchacho que compró un manual de Photoshop.
A muchos se les vio caminar por el Auditorio con las reconocibles bolsas rojas del Fondo de Cultura Económica, cuyos libros se venden de 60 a 90 pesos.
“No hay nada más triste que una bodega de libros”, juzgó Eduardo Vázquez Martín, Secretario de Cultura del DF, en la ceremonia inaugural. A decir suyo, el remate les permite a los libros una segunda oportunidad tras su fugaz paso por las librerías.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, José Ignacio Echeverría, aseguró que el encuentro librero es una buena oportunidad para paliar los efectos de una errada política fiscal que apresura destruir libros embodegados.
En la pugna por la cordialidad, Vázquez Martín fue el más veloz. De su cartera produjo 200 pesos y, antes que su acompañante, pagó dos ejemplares de ¿De dónde venimos y a dónde vamos?, de Ezequiel A. Chávez.
Además del obsequio que le hizo a Gerardo Estrada, administrador del Auditorio Nacional, el funcionario adquirió el primer volumen de las obras de Diego Rivera. Como suele suceder en el Remate de Libros anual, su cambio fue generoso.
Aquél fue el único momento de normalidad que tuvo en su recorrido por el evento que recién había inaugurado, seguido de cerca por reporteros y fotógrafos. “¿Quién es ese señor?”, preguntó un curioso, para ver si se acercaba por un autógrafo.
Entre una oferta de 500 sellos distribuidos por 209 expositores, los reflectores a veces se dirigieron hacia los personajes de la Familia Burrón, desplegados en forma de figuras gigantes de cartón para conmemorar el centenario de su creador, Gabriel Vargas.
El sábado 4 de abril se prevé una venta nocturna. El evento concluye el martes 7 y se espera que sea visitado por más de 150 mil personas, cifra lograda en 2014, cuando se vendieron 245 mil ejemplares que dejaron 13 millones de pesos en ganancias.
Con información de Reforma