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Cuidar nietos o enfermos es eficaz como una rutina de ejercicio

México, 29 Dic (Notitmex).- La actividad física no estructurada o incidental es tan eficaz para la salud cerebral tanto como una rutina de ejercicios físicos, determinaron especialistas del Laboratorio de Psicofisiología del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM.

Esta práctica que incluye labores como cuidar a los nietos, a un enfermo o hacer la jardinería es benéfica para que los adultos mayores conserven en buenas condiciones su capacidad cognitiva, además podría prevenir enfermedades mentales degenerativas.

En un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que a través de la investigación “Evaluación multimodal de los efectos de la actividad física en adultos mayores”, se realizan estudios comparativos entre dos grupos de adultos mayores sanos, uno con un estilo de vida más activo físicamente, y otro sedentario.

El propósito del estudio dirigido por Thalía Fernández y Juan Silva Pereyra, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, es explorar si existen diferencias en su actividad eléctrica cerebral, que se evalúa mediante electroencefalograma, en la estructura cerebral y en la actividad cognitiva.

Javier Sánchez, quien cursó su doctorado en dicho laboratorio, sugirió el uso de una encuesta para clasificar la muestra con base en su actividad física incidental (no estructurada), es decir, tareas cotidianas como subir escaleras, caminar al autobús y limpiar la casa, entre otras.

Lo anterior toda vez que los estudios existentes exploran la práctica de actividad estructurada, que se realiza por lo general en un gimnasio y que no es tan frecuente entre los adultos mayores.

Fernández explicó que utilizaron la Encuesta de Actividad Física de Yale en 100 adultos mayores y separaron a los participantes en dos grupos: activos y pasivos.

Mauricio González, estudiante de doctorado, expuso que “más allá de la actividad física estructurada, el cuestionario mide el esfuerzo que desempeña un individuo por el simple hecho de cambiar algunos hábitos como subir escaleras en lugar de tomar el elevador, caminar al supermercado o a la tienda en vez de utilizar el auto, incluso barrer y trapear”.

Al comparar los electroencefalogramas, encontraron que los más sedentarios tenían una actividad eléctrica cerebral más lenta, que se parece a la de quienes presentan riesgo de deterioro cognitivo.

Los resultados sugieren “que la actividad física incidental podría prevenir el desarrollo de patologías neurocognitivas en esta etapa de la vida“, dijo Fernández.

“Lo que planteamos es que quienes llevan a cabo tareas cotidianas en sus hogares (actividad física incidental), al igual que aquellos que practican un deporte de forma rutinaria, previenen el deterioro cognitivo”, expuso.

En tanto quienes no van al gimnasio, pero realizan actividad física incidental están previniendo, pues no sólo se encontró que el electroencefalograma indicó menor riesgo en ellos, sino que es mejor su desempeño cognitivo conductual.

La UNAM detalló que para aplicar este protocolo de investigación se establecieron requisitos como que las personas interesadas no debían tener enfermedades neurológicas ni psiquiátricas, tampoco haber sido sometidos a anestesia general en el último año.

VP/NACIONAL/EZ

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