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Edward Snowden desaconseja instalar y usar Google Allo

Google Allo ya está entre nosotros. La alternativa a WhatsApp que propone la empresa de Mountain View ya se puede instalar de forma oficial en los teléfonos de todos los mortales que usan Android, pero la llegada de esta nueva aplicación no se ha producido exenta de cierta controversia. Si bien ha habido voces mayoritariamente favorables que hablaban bastante bien de este nuevo cliente de chat, a la hora de analizar sus características no todo han sido alabanzas para la nueva app de la empresa del buscador.
Vale la pena recordar que Edward Snowden desaconsejaba totalmente su uso. Por lo que tuiteó el extrabajador de la NSA, Allo era menos segura aún que WhatsApp y podía permitir que “tus mensajes vayan a parar a la policía con sólo pedirlos”. Todo esto venía a una promesa de máxima privacidad que se hizo desde la empresa del buscador, de la que finalmente se acabaron desligando según se publicó en The Verge el pasado 21 de septiembre.
Según podíamos leer en este artículo, los mensajes de Allo serán accesibles a peticiones legales, ya que se almacenan de forma indefinida en los servidores de Google -de la misma forma que los correos de Gmail e Inbox, los mensajes de Hangouts y la localización de los usuarios también se guardan-. Si iniciamos un chat de incógnito no lo harán, pero la cuestión de fondo es que finalmente “la Gran G ha faltado a su palabra en materia de privacidad”.
Sin embargo, las reacciones de Edward Snowden fueron mucho más allá de este tuit. ¿Por qué, aparte de por lo evidente, el ex contratista de la NSA está en contra de Google Allo de forma tan categórica?
Google prometió privacidad y después lo incumplió
Ya hemos comentado que Google prometió una cosa y después, donde dije “digo”, digo “Diego”. En un principio la privacidad del usuario y de los mensajes que enviase iba a ser total y absoluta, pero después la Gran G anunció que almacenaría los mensajes de forma temporal. Finalmente y como ya ha quedado demostrado, esos mensajes quedarán almacenados de forma permanente si no se usa el modo Incógnito.
Google usaría esos datos para, teóricamente, mejorar partes de la app según podemos leer en The Independent. Estas mejoras estarían destinadas a características como las respuestas inteligentes. Esto permitiría a la aplicación leer las conversaciones y encontrar patrones en cómo los usuarios se comunican. De esa forma se podría sugerir al usuario qué quiere decir a sus amigos.
Presumiblemente Google también podría usar esos mismos datos para mostrar publicidad específica. Dado que las conversaciones privadas de las personas pueden incluir algunos de sus datos más sensibles, esto podría llevar a una adquisición bastante brutal de información contra la que mucha gente se manifestaría.
Dado que, según tuiteó también Snowden en una serie de mensajes contra Google Allo, la empresa de Mountain View ha tomado la decisión de mantenerse del lado de la legalidad estadounidense, el año pasado se aprobó la vigilancia de los mensajes que se intercambian por Internet. Las conversaciones de la aplicación serían accesibles para las fuerzas del orden a través de órdenes judiciales, algo que no se puede hacer en los casos de Telegram o de WhatsApp -que ya han tenido problemas por este mismo asunto.
Snowden ya dijo que Google Allo era “algo peligroso”, después de que la app fuese presentada. Por otra parte, Google afirma que han concedido a los usuarios “transparencia y control sobre sus datos” en su aplicación de mensajería.
 
¿Por qué hay tanta gente en contra de Google Allo?
El lanzamiento de esta nueva app de mensajería ha hecho que corran ríos de tinta. Según otro artículo de The Independent, no han sido los que desde Google se esperaban. Desde Mountain View se esperaba que el apoyo que su nueva aplicación de mensajería tiene en los chatbots y las cantidades ingentes de información que almacena, pero de lo que no se ha dejado de hablar sea de la amenaza a la privacidad y la seguridad que representa. De lo contrario Edward Snowden no habría alzado la voz aconsejando que nadie la usase.
Esto sólo es un recordatorio más de que la mensajería instantánea no es tan privada como parece. Y debería serlo, ya que a diferencia de las redes sociales y otros espacios semipúblicos, los mensajes que los usuarios intercambian son uno de los espacios privados más sagrados de todo Internet.
Se pretendía que Allo fuese una demostración de, en parte, la forma en que Google puede usar su acceso a la información de todo el mundo para facilitar la vida de las personas. La inclusión de un asistente personal al que se le puede preguntar cualquier cosa usando lenguaje natural y una característica de respuestas inteligentes, son dos ejemplos de ello.
Ya hemos comentado que la Gran G dice que la recolección de datos de Google Allo la hará más útil y mejor, pero a muchos usuarios esto les preocupa. Los escándalos de vigilancia de la NSA añaden otra capa de desasosiego a quienes creen que el gobierno de su país podría estar leyendo sus mensajes de forma ilegal, entre otras cosas.
 
Google no es el primero en tener problemas con los mensajes
Independientemente de lo que Google Allo sea o deje de ser en materia de privacidad, lo cierto es que Google no es la primera empresa en verse en un fregado por culpa de los chats. WhatsApp anunció el mes pasado que empezaría a compartir datos con Facebook, aunque no conversaciones, dado que están cifradas y son ilegibles. Estos datos pasarían por mostrar quién habla con quién y a quién tienen en sus contactos.
Las reacciones no se hicieron esperar, y esto se convirtió en una de las noticias sobre privacidad más sonadas de los últimos años. Todo lo que atañía a los usuarios de forma personal parecía estar en juego. Nuevamente, el espacio de los mensajes privados que enviamos en Internet a nuestros amigos es sacrosanto e inviolable.
La inviolabilidad de este espacio de cara al usuario fue lo que hizo que otras aplicaciones de mensajería, como la ya mencionada WhatsApp o iMessage incorporasen el cifrado entre puntos por defecto. Esto significa que lo que enviamos desde nuestro teléfono está codificado, que sólo existe una forma de desencriptarlo y que sólo la tiene nuestro teléfono y el de la persona a quien enviamos la información. De esta manera se evita que los mensajes puedan ser interceptados y leídos por cualquiera. Telegram incorpora esta característica desde el principio, aunque Edward Snowden tampoco tiene buenas palabras para esta app.
 
(Nota de Geek Data)

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