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Falleció Umberto Eco, referencia intelectual de los siglos XX y XXI

Umberto Eco (1932-2016) falleció este viernes a los 84 años de edad. Se apaga una de las personalidades más importantes de la literatura, la filosofía y la academia de los siglos XX y XXI, pero deja un gran legado: la estela de inteligencia que edificó y donde están acampados sus libros y ensayos como “Apocalípticos e integrados”, “El nombre de la rosa”, “El péndulo de Foucault”, “Tratado de semiótica general”, “El cementerio de Praga”, “Baudolino”… hasta el último: “Número cero”. Pero sobre todo su espíritu crítico sobre el mundo y sus contradicciones.
Y en la estela de Eco, son muchas las ventanas que se abrieron para sus lectores desde 1956, cuando publicó su ensayo “El problema estético en Tomás de Aquino”, donde mostró su prosa llena de rigor, conocimientos y, sobre todo, de esa profundidad para analizar la filosofía, la ciencia, el arte y la sociedad. En cada una de sus obras, Eco nunca dejó de lado esa curiosidad crítica que lo llevó a encontrar en las hendiduras, la sustancia y el saber.
Sus familiares dijeron al diario La Repubblica, de Italia, que el deceso de Umberto Eco ocurrió ayer a las 22:30 horas, en la habitación que ocupaba de su casa en Milán. Desde hace varios años, padecía de cáncer, añadieron los diarios italianos.
Sin duda, Umberto Eco es uno de los “gigantes de la cultura en la historia de la humanidad y uno de sus grandes sabios”. Esa labor titánica que llevó a cabo en su vida fue recompensada con decenas de premios como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el 2000, integrante de la Mesa del Consejo de la UNESCO (1992), miembro de su Foro de Sabios, junto a otros intelectuales fue miembro de la Academia Universal de Culturas, y fue investido doctor honoris causa por más de 25 universidades de todo el mundo, entre éstas, la Complutense de Madrid, Tel Aviv, Atenas, Varsovia y Berlín.
“Recorrer la vida y la carrera de Umberto Eco significa la reconstrucción de una parte importante de nuestra historia cultural, porque Eco representa sobre todo la interrupción de un sistema viejo y obstinadamente académico”, publicó el Corriere della Sera.
En otra entrevista con el diario El Tiempo, señaló que “los que dicen que escriben para sí mismos se equivocan. Se escribe para los demás. Se escribe como un acto de comunicación”.
Mientras que en abril de 2015, en plática con EFE en su casa de Milán, frente al castillo Sforzesco, cerca del Duomo, tras publicar esta su última novela “Número Cero”, Eco declaró que es una parodia sobre estos tiempos convulsos porque “esa es la función crítica del intelectual”.
“Ésa es mi manera de contribuir a clarificar algunas cosas. El intelectual no puede hacer nada más, no puede hacer la revolución. Las revoluciones hechas por intelectuales son siempre muy peligrosas”, precisó.
“Número Cero” es una novela periodística, más breve que las anteriores, que solían tener 600 páginas; por eso suena de diferente manera, explicó.
“Esta me ha salido con ritmo de jazz, las otras eran como una sinfonía de Mahler y esta es más de jazz por el argumento, con temas más rápidos, como es el periodismo”, declaró.
Otra de su novelas importantes es “El nombre de la rosa” (1980), un éxito de ventas ambientado en el siglo XIV, que narra la investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que ocurren en una abadía. En 1986 fue adaptada al cine y fue dirigida por Jean-Jacques Annaud, y contó con los actores Sean Connery (en el papel del fraile franciscano Guillermo de Baskerville) y Christian Slater (en el del novicio Adso de Melk).
La novela fue reeditada en numerosas ocasiones, merecedora del premio Strega (1981), en Italia, y el premio Medicis, en Francia, y fue llevada más tarde al cine por el director J.J. Annaud con gran éxito.
Ocho años después, publicó “El péndulo de Foucault”, también uno de sus mejores títulos, en el cual narra la historia de tres intelectuales que inventan un supuesto plan de los templarios para dominar el mundo.
En el 2010, publicó “El cementerio de Praga”, una novela histórica sobre documentos falsificados y un año después el ensayo “Confesiones de un joven novelista”, donde analiza si la inspiración o trabajo, el talento o esfuerzo son las líneas que marcan la creación literaria. Otros títulos que destacan, son el “Segundo diario mínimo”, una recopilación de escritos breves publicada en 1992 y que es la segunda parte del “Diario Mínimo” de 1963.
Es en sí, un corpus literario extenso y con una calidad permanente en cada una de sus frases, por ello, según los diarios italianos, sus títulos han vendido más de 30 millones de copias en todo el mundo.
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