La novela histórica Justicia mayor, la más reciente de Agustín Ramos, aborda una sublevación otomí en la sierra de Tutotepec, a finales de siglo XVIII, aplacada por el capitán Pedro José de Leoz, secretario de la Cámara del Secreto de la Santa Inquisición.
La novela, menciona el autor, es un reconocimiento a grandes maestros para mí: Fernando del Paso, Vicente Leñero, Jorge Aguilar Mora y José Agustín”.
Ramos afirma a este diario: “De Leoz es un hombre ambicioso que quiere, como la gran mayoría de los españoles pobres que vienen a México, hacer fortuna. Por otro lado están los indígenas. Y los que él trata son los más desprestigiados por la historia de ese momento”.
Y destaca la capacidad de inventiva y de adaptarse a las situaciones más duras y extremas que explican la “gran vitalidad indígena. Un pueblo que vio morir a 20 millones de sus congéneres y destruir sus ídolos por un dios muerto” sigue vivo ahorita, en el siglo XXI.
“El indígena se adapta al tiempo, por eso vive, permanece y es vigente. Y mucha de la resistencia que hay actualmente obedece no sólo a los factores de terror o muerte que estamos viviendo, una reacción nuestra de sentido común, sino que también obedece a una herencia indígena”.
Con información de La Jornada