COREA DEL SUR, (Sputnik), 16 de diciembre de 2020 .- La Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó la prohibición del envío de folletos de propaganda y otros objetos a Corea del Norte. ¿Qué significa la decisión para las relaciones intercoreanas? ¿Cómo responderá Corea del Norte a la medida surcoreana?
El 14 diciembre, los legisladores surcoreanos aprobaron una ley para que se penalizara a los activistas que enviasen material antinorcoreano al otro lado de la frontera. Una vez en vigor, los condenados por violar la ley antifolletos podrán enfrentar pesadas multas y hasta tres años de encarcelamiento.
Desde hace años, activistas por los derechos humanos y misioneros cristianos de Corea del Sur han enviado folletos, memorias USB, dinero y versículos de la Biblia a sus vecinos al norte. Lo hacen con la ayuda de grandes globos que son transportados por el viento sobre la zona desmilitarizada. Con la nueva ley, la práctica ahora es ilegal.
El envío de folletos y otros materiales antinorcoreanos a través de la línea que separa Corea del Norte y Corea del Sur ha llevado la situación en la península al límite en repetidas ocasiones, resultando incluso en intercambios de disparos de advertencia entre las partes.
A nivel estatal se acordó renunciar a tales acciones hace mucho tiempo, pero hasta el momento no había sido posible forzar a las organizaciones no gubernamentales a abandonar la práctica. Las iniciativas legislativas para prohibirla se han presentado repetidas veces a lo largo de los últimos ocho años, pero los cambios se consolidaron solamente después de que los partidarios del Partido Demócrata se convirtieran en la mayoría absoluta en el Parlamento.
Los opositores a la nueva ley consideran que la medida infringe su libertad de expresión y contradice la constitución surcoreana. Los que la apoyan insisten en que ayuda a garantizar el desarrollo estable de las relaciones intercoreanas, así como de la seguridad de los residentes de las regiones fronterizas.
¿Cómo reaccionará Corea del Norte a la medida?
Los actuales líderes de las dos Coreas acordaron poner fin a cualquier acción hostil, incluida la distribución de folletos, a lo largo de su frontera durante su primera cumbre, todavía en abril de 2018.
Las acciones de los activistas antinorcoreanos han socavado no solo muchos de los logros del Gobierno de Moon Jae-in para el fortalecimiento de los lazos con Corea del Norte, sino que han hecho a Pyongyang dudar de que Seúl pueda realmente cumplir con sus obligaciones. Por lo tanto, se espera que la implementación de restricciones legislativas sea el primer paso hacia el restablecimiento de la confianza mutua entre las naciones de la península.
Para Sinuk, después de la cumbre intercoreana, se esperaba que el Gobierno de Moon Jae-in tomara numerosas medidas, lo que no hizo, dejando todas las decisiones en manos de la Administración Trump. Durante mucho tiempo, el abordaje de las relaciones con el vecino al norte ha sido pasivo, por lo que la recuperación llevará tiempo, subraya el académico.
“La parte norcoreana ya ha manifestado que por muy floridas que sean las decisiones del Gobierno de Moon Jae-in, no habrá respuesta, por lo que incluso desde el punto de vista de un nuevo pretexto, no será fácil cambiar su posición básica”, cree el experto.
Al hablar sobre la posibilidad de que los activistas norcoreanos trasladen sus actividades al territorio de China o Rusia para eludir las recién implementadas prohibiciones surcoreanas, Sinuk señaló que esos intentos ciertamente ocurrirán. Sin embargo, en estos países las organizaciones activistas tendrán que enfrentarse a autoridades chinas y rusas, quienes, muy probablemente, simplemente no permitirán su acceso a las zonas fronterizas.
VP/INTERNACIONAL/AA