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Ecuador cierra filas contra plan de ajuste neoliberal

ECUADOR, 12 oct (Prensa Latina).-  Ecuador vive jornadas de resistencia, con manifestaciones populares en todo el país, contra las medidas económicas del gobierno de Lenín Moreno, definidas por gran parte de la ciudadanía como neoliberales y un ‘paquetazo’.

 

Lideradas por el movimiento indígena, en las movilizaciones, que se mantendrán por tiempo indefinido pese a la brutal represión policial desatada para dispersarlas, participan también campesinos, trabajadores, estudiantes universitarios y académicos, entre otros sectores.

El reclamo principal en las multitudinarias marchas realizadas en ciudades como Loja, Guayaquil, Cuenca, Ambato, y Riobamba, entre otras, y planean mantenerse de forma indefinida, es derogar el Decreto 883 que eliminó el subsidio a la gasolina extra y el diésel, y ocasionó el alza inmediata en las tarifas del transporte público y en los precios de alimentos de la canasta básica.

Sin embargo, también demandan al ejecutivo archivar nuevas propuestas de reformas tributarias y laborales, perjudiciales, fundamentalmente, para las familias más pobres de este territorio andino.

Por su parte, el gobierno nacional insiste en justificar el plan, que responde al ajuste económico exigido por el Fondo Monetario Internacional, para aprobar un crédito por cuatro mil 200 millones de dólares, que a juicio de muchos solo traerá mayor pobreza y dependencia.

En ese contexto, sostiene que no hay marcha atrás en las decisiones tomadas, y en cambio, propone un diálogo para analizar las áreas a las cuales irán destinados los recursos provenientes de la eliminación del subsidio, algo rechazado contundentemente por la Confederación de Nacionalidades Indígenas, líder de las protestas.

Ante esa postura, la respuesta ha sido el reclamo popular en toda la nación, donde las actividades comerciales son intermitentes, las escuelas llevan una semana cerradas y rige un Estado de Excepción y toque de queda decretados por Moreno, quien trasladó temporalmente la presidencia a Guayaquil, ante el levantamiento general en Quito.

Según estudios de la Defensoría del Pueblo, el Estado de Excepción, ampliamente rechazado, ha resultado ineficaz y solo provocó una espiral de violencia que ya resultó en cinco muertes, más de mil detenciones y centenares de heridos por el uso excesivo de la fuerza, por parte de policías y militares.

Uno de los momentos más álgidos se registró en Quito, durante la huelga general efectuada el jueves último, cuando los efectivos lanzaron bombas lacrimógenas contra universidades que funcionan como centros de acogida de indígenas -principalmente mujeres-, quienes llegaron desde otras provincias para sumarse al paro.

La víspera, de igual modo, las fuerzas del orden arremetieron contra cientos de personas, concentradas pacíficamente frente a la Asamblea Nacional, quienes fueron sorprendidos por una andanada de bombas lacrimógenas.

‘Es un delito de lesa humanidad’, aseguró el exvicecanciller ecuatoriano Kintto Lucas sobre la reacción policial, que describió como ‘brutal represión’.

Asimismo, afirmó que ‘Ecuador vive una guerra de ricos contra pobres a través de un gobierno títere y fuerzas represivas. Es la guerra de la oligarquía rancia contra el pueblo indígena y pobre‘ y cuestionó: ‘¿Las fuerzas armadas aceptan que se siga asesinando ecuatorianos, hiriendo niños, con la brutal represión?’.

La situación interna mantiene en vilo a todo el país y también despertó la preocupación de instancias como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que hoy intenta mediar entre el gobierno y la Confederación de Nacionalidades Indígenas, con la finalidad de devolver la tranquilidad a la ciudadanía.

En ese esfuerzo, colaboran la iglesia católica y centros de estudios superiores, que incluso han propuesto hacer estudios sobre alternativas económicas, que no golpeen, precisamente, a quienes más ayuda necesitan.

La realidad nacional ha puesto a Ecuador en la mira del mundo e impone al gobierno el reto de probar que realmente actúa pensando en el bienestar de la mayoría trabajadora y no en el beneficio de unos pocos.

VP/INTERNACIONAL/PG

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