El candidato opositor a la corriente peronista, Mauricio Macri, gana en las elecciones presidenciales de Argentina, al imponerse con más del 50% de los votos en una jornada histórica que pone fin a 14 años de gobierno “kirchnerista”.
El peronismo abandonará la Casa Rosada después de catorce años, la mayoría dominados por el “kirchnerismo”. A sus 56 años, el actual alcalde de Buenos Aires será el primer mandatario en la era moderna que no es peronista ni radical.
Según los sondeos, Macri llevó para su cuenta entre 53% y 56% de los votos, frente a un 44% y 47% de Daniel Scioli, candidato de la presidenta Cristina Fernandez. Con el 26,9% escrutado, Macri obtenía el 54,3% de los votos, frente al 45,7% de Scioli.
Los adeptos de la coalición Cambiemos, que apoyó a Macri, tuvieron motivos suficientes para festejar. Y así lo hicieron. No podían esconder su alegría desde antes incluso de que cerraran los colegios electorales y se hicieran públicos los primeros datos. Concentrados en un centro de convenciones situado a orillas del Río de la Plata, esperaban la difusión de los resultados oficiales. Más tarde, ante el triunfo inminente de su candidato, se envolvieron en festejos y bailes que acabaron cerca de las cinco de la madrugada.
Sin embargo, al inicio de la jornada electoral, los dirigentes de Cambiemos se mostraban prudentes, conscientes de lo sucedido en la primera vuelta del 25 de octubre, cuando las encuestadoras se equivocaron estrepitosamente. Esa noche, lo que parecía una amplia victoria de Scioli, al final se convirtió en un triunfo por sólo tres puntos (37%, frente a Macri que obtuvo el 34%), lo que automáticamente catapultó como favorito al líder opositor. Y más teniendo en cuenta que otro 21% de sufragios fue a parar al peronista conservador Sergio Massa, la mayoría de cuyos votantes debía inclinarse previsiblemente por Macri.
En esta nueva jornada democrática, 80.9% de los poco más de 32 millones de argentinos convocados a las urnas, participó. Fueron tres puntos por debajo del nivel de participación de octubre, informaron las autoridades. Sólo 1.2% de los electores votó en blanco.
Poco después del cierre de los colegios, se presentó a declarar el jefe de campaña de Macri, Marcos Peña, cuyo nombre suena como próximo primer ministro. “Estamos muy pero muy contentos con la elección y con lo que ha pasado hoy, pero tenemos que ir paso a paso”, dijo exultante y prudente a la vez. “Se siente, se siente, Mauricio presidente”, gritaban los militantes. Miles de adeptos festejaron en el Obelisco porteño. El gobierno de Macri dará inicio el próximo 10 de diciembre.
A diferencia de Macri, que no respetó la prohibición de pedir el voto durante la jornada electoral, Scioli hizo un llamamiento desesperado a los indecisos para tratar de revertir la victoria de su rival.
No obstante, se mostró conciliador, tras el duro enfrentamiento de la campaña. “Tanto él (Macri) como yo queremos lo mejor para el país”, declaró Scioli, que es amigo de Macri desde hace tres décadas, aunque esta amistad se ha visto resentida durante una campaña con descalificaciones personales que el macrismo ha calificado de “sucia”.