RUSIA, (Sputnik), 1 de diciembre de 2020 .- Dimitris Kouvelas, especialista y profesor de farmacología clínica de la Universidad de Aristóteles de Tesalónica, valoró las características con las que fue desarrollada la vacuna rusa Sputnik V que permitieron sea segura y no cause efectos secundarios de gravedad.
“Sputnik V es una vacuna producida con una tecnología de larga data, de aquellas que siempre hemos tenido. Para su desarrollo se utilizaron dos tipos diferentes de virus inofensivos para el ser humano. Se usó su combinación, es decir, los ‘productos quiméricos’ que al igual que una quimera creada de las partes de animales son capaces de inducir una respuesta inmunológica. Es así que nuestro cuerpo genera una reacción como si estuviese infectado con coronavirus. Así se producen los anticuerpos, que también se aplican al SAR-CoV-2”, explicó Kouvelas a Sputnik.
Sin embargo, Kouvelas notó que esta vacuna no debe ser aplicada a los grupos más vulnerables de la sociedad, como las personas con inmunidad debilitada ya que no tendría ningún efecto en ellas y continuarían siendo vulnerables al contagio.
“Si le aplicamos la vacuna a una persona que toma cortisona debido a una enfermedad autoinmune, no funcionará porque su inmunidad está debilitada. Por el bien de estas personas y las personas adultas mayores, es necesario lograr la inmunidad de la mayoría, es decir, vacunar a todos los demás para proteger a las personas que no pueden ser vacunadas. Este es el enfoque de las vacunas clásicas”, enfatizó.
Las características de desarrollo de Sputnik V son las de una vacuna que pertenece al tipo tradicional de vacunas, mientras que las vacunas de Pfizer y Moderna pertenecen al tipo genético y su proceso es diferente.
¿Qué tiene de malo la vacuna de Pfizer?
“Pfizer desarrolló una droga, no puedo ni siquiera darle un nombre, porque no es una vacuna en el sentido clásico de la palabra, es algo completamente nuevo. Esta droga es un ARN de coronavirus artificial sintético, una secuencia de ARN básico que cuando se inyecta en el cuerpo penetra y se integra en las células. Trabajará como un mensajero de ARN y sintetizará una proteína en nuestras propias células, así nuestras propias proteínas producirán información antigénica que estimulará la producción de anticuerpos en el organismo”, explicó.
“De repente, muy rápidamente y sin conocimiento previo, dos empresas [Pfizer y Moderna] vienen y dicen: ‘Hemos resuelto los problemas que teníamos’, mientras que hasta ahora cuando era necesario transportar ARN con fines de investigación, se utilizaban virus modificados para el genoma deseado o algunos fagos [virus para los microbios] y se colocaban microbios para sintetizar la proteína necesaria”, concluyó.