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¿Por qué Kim Jong-un cambió su retórica nuclear?

La reciente decisión de Pionyang de suspender las pruebas nucleares no solo era una medida esperada, “sino inevitable”, explica un analista.

COREA DEL NORTE (RT) 04 de mayo de 2018.-  Los últimos pasos y declaraciones del Gobierno de Corea del Norte han traído la esperanza de un cambio real en la situación en la península coreana y de una posible desnuclearización de la región.

En una reciente reunión del Partido del Trabajo de Corea, el líder norcoreano, Kim Jong-un, declaró que su país suspende las pruebas nucleares y lanzamientos de misiles y que desmantelará el sitio de pruebas nucleares en el norte del país.
Además, en la histórica cumbre del 27 de abril, ambas Coreas confirmaron que buscarán, “a través de la desnuclearización completa, una península coreana libre de armas nucleares”.
¿Por qué el líder norcoreano ha cambiado últimamente su retórica? ¿De verdad está dispuesto a renunciar a sus armas nucleares? ¿Cuáles serán los siguientes pasos de Corea del Norte? Andréi Lankov, historiador ruso y profesor de la Universidad de Kookmin en Seúl (Corea del Sur) responde a estas preguntas en un artículo analítico para el Centro Carnegie de Moscú, en el que sostiene que en las recientes declaraciones de Kim “no hay nada de sensacional”.

Para este especialista en Corea, la suspensión de las pruebas nucleares de Corea del Norte no solo era una medida esperada, “sino inevitable”. El autor explica que en los últimos meses, el liderazgo norcoreano “ha estado buscando activamente negociar con EE.UU. y, en cierta medida, con Corea del Sur”. Y como la negociación siempre implica un compromiso, “una suspensión de las pruebas nucleares y de misiles es quizás la más obvia e inevitable de todas las concesiones que Pionyang podría ofrecer”.

¿Por qué Kim Jong-un cambió su retórica?
En opinión de Lankov, las razones por las que Corea del Norte cambió inesperadamente su posición y acordó negociaciones “son comprensibles” y se deben, en primer lugar, al ‘factor Trump’. Y es que, durante el primer año de su presidencia, el nuevo inquilino de la Casa Blanca no dejó de “enviar señales de que esta vez EE.UU. estaba listo para usar la fuerza para resolver el ‘problema nuclear coreano'”.

Según explicaba Lankov en un artículo anterior, “la dura política de chantaje” de Trump logró asustar tanto a Corea del Norte, como a Corea del Sur y a China, y en sus decisiones de los últimos meses, los tres países partían del hecho de que Trump “realmente está listo para disparar”.
En particular, al crear con sus amenazas la perspectiva de una guerra en Asia Oriental, Washington consiguió que China, que anteriormente no había mostrado mucho entusiasmo por las sanciones contra Pionyang, tomara “una postura firme sin precedentes”, apoyando en diciembre las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Estas sanciones, según Lankov, se acercaban ya a un embargo total, privando a la Corea del Norte de la oportunidad de “vender los pocos productos que están en demanda” en el mercado mundial.

Es por eso que, ante una “probabilidad real” de un ataque estadounidense contra sus instalaciones militares e industriales, y al darse cuenta de que “las nuevas sanciones socavarían tarde o temprano la economía del país”, el Gobierno de Corea del Norte decidió hacer algunas concesiones.

¿De verdad renunciará a sus armas nucleares?
Al mismo tiempo, el analista subraya que Corea del Norte no va a renunciar a sus armas nucleares, ya que “recuerda las lecciones de Irak, y especialmente de Libia”, y considera que estas armas “son la única garantía de su supervivencia política y, en parte, física”.

Sin embargo, el hecho de que Corea del Norte “no tenga un deseo real” de renunciar a sus armas nucleares no significa “que no pueda declarar tal deseo”, apunta Lankov.

En este sentido, el experto detalla que el objetivo de los diplomáticos norcoreanos es, en primer lugar, descartar un ataque estadounidense contra el país, y en segundo lugar, lograr el levantamiento parcial de las sanciones económicas. Para ello, Pionyang introducirá una suspensión de las pruebas nucleares y de misiles, y posiblemente también suspenda el funcionamiento de ciertas empresas de su complejo militar e industrial, lo cual se presentará como un ‘primer paso’ hacia la desnuclearización, pronostica el historiador.

¿Estamos igual que antes?
“Por supuesto”, las concesiones que está dispuesto a ofrecer Pionyang “serán parciales y no afectarán a la base del potencial nuclear” de Corea del Norte, estima el autor del artículo. Además, prosigue, es probable que sean temporales: “tan pronto como en la Casa Blanca aparezca un presidente menos inclinado a emprender acciones violentas, todo puede volver a ser como antes”.
Sin embargo, “una solución temporal e incompleta aún es mejor que el deslizamiento gradual hacia un conflicto armado que hemos visto en el este de Asia durante el año pasado”, subraya el historiador.

Por lo tanto, cuando Kim “finalmente declare abiertamente” que su país va a abandonar las armas nucleares —por supuesto, con el tiempo y si se crean las condiciones apropiadas— “tal vez sería mejor si todos fingiéramos creer en esta afirmación”, sugiere Lankov, explicando que, “aunque es imposible resolver el problema nuclear de Corea del Norte, es posible controlarlo durante un tiempo”.

VP/Internacional/NG

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Redacción Voces del Periodista