Voces del Periodista Diario

En los zapatos del policía: Periodistas en el dilema de jalar el gatillo frente a un delincuente

Por Luis Carlos Rodríguez González

CIUDAD DE MÉXICO (Notimex) 29 de septiembre de 2019.- “Alto, policía. Al suelo, al suelo, al suelo. Suelta el arma, las manos donde las vea”, fue lo último que gritó el policía antes de que el delincuente disparara a un cajero de una tienda de conveniencia y después al uniformado. Fueron menos de tres segundos. No hubo tiempo de responder y hacer uso legal de la fuerza. El saldo fue letal.

En otro caso un marido despechado en venganza a su esposa tiene a un bebé a punto de arrojarlo de un segundo piso en un centro comercial. Es un caos. Dos policías se acercan y tratan de calmarlo, de negociar, pero al ver que el sujeto está fuera de control y dispuesto a dejar caer al niño los uniformados, con stress ante la situación deciden dispararle. Todo sale mal. Controlan al agresor con una ráfaga de balas y el bebé cae del segundo piso.

Tres uniformados llegan frente a una casa donde dos hermanos se están golpeando. Uno de los oficiales logra esposar a uno de ellos. El otro, de 17 años, entra a su casa y sale con un cuchillo. Los otros dos oficiales tratan de calmarlo. Una mujer, al parecer otra hermana, trata de detener al agresor. En menos de tres segundos se abalanza contra el policía que tiene detenido a su hermano.

Los dos policías que tratan de disuadirlo verbalmente a distancia no logran detener la agresión. Son siete metros de distancia que recorre el mozalbete y en sólo dos segundos logra acuchillar al uniformado. Le disparan pero es tarde. Su compañero está muerto.

Son casos reales llevados a una sala de tiro virtual donde una treintena de periodistas se puso en los zapatos de los policías para decidir, con una arma en la mano, cómo actuar en estos casos, cómo hacer uso de la llamada fuerza legal, cómo tratar de disuadir a los agresores verbalmente, tratar de inmovilizarlos, uso de toletes o armas no letales y al final decidir si se jala o no el gatillo.

Es el curso “Uso Legal de la Fuerza para Comunicadores” que organizó la Secretaría de Seguridad Ciudadana a propuesta del rector de la Universidad de la Policía de la Ciudad de México, Guillermo Alberto Hidalgo Montes, quien junto con académicos de la institución durante dos días explicaron el marco legal y social del tema, expusieron casos, debatieron y al final llevaron a los reporteros al campo de batalla virtual y real.

La práctica en una sala similar a la que usa el FBI o las mejores policías del mundo con pantallas escenarios virtuales y tres tipos de armas: una pistola marca Glock, una marca Pietro Beretta, catalogadas como armas cortas, y una larga carabina R-15; son armas reales adaptadas con cargadores, cañones especiales y un puntero láser que se cargan con gas bióxido de carbono.

El dilema si es legal o legítimo el uso de la fuerza. El debate se avivó, se expusieron casos recientes. Lo mismo la marcha feminista y la pasividad de la policía capitalina.

Asimismo otros donde policías neutralizaron a delincuentes, lo mismo con fuerza física que con toletes y en el extremo con disparos. Se analizó el marco legal en México que poco ayuda a los uniformados con la reciente Ley Nacional para el Uso de la Fuerza que aprobó el Congreso de la Unión.

En el examen final periodistas de diversos medios pasaron al campo de tiro a enfrentar la responsabilidad: el stress de tener una arma real en la mano, saber cargarla, apuntar a un objetivo, primero fijo y después en movimiento, para nunca más decir: “Pinche policía porque no le pegó en una pierna en lugar de en el pecho” o “se pasó de listo el poli, le dio como siete balazos”.

De ahí todos salen convencidos de que ser policía en México es un tema incomprendido. Un eterno desencuentro entre uniformados y periodistas, lo mismo en manifestaciones que cuando se cubre la escena de un crimen en la llamada nota roja.

Por lo menos los graduados del curso entendieron que portar una arma y decidir disparar o no tiene muchas implicaciones legales, sociales, laborales y familiares.

VP/Metropolitana/EZ

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