La lucha ahora consiste en el derecho a ser votadas en un entorno libre de violencia política, consiste en postular a candidatas a puestos políticos con la misma frecuencia que se postulan a sus pares hombres; consiste en que las juezas y magistradas estén presentes en todos los tribunales de todas las materias y órdenes de gobierno
Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes, saludo con gran aprecio al magistrado presidente Rafael Guerra Álvarez, presidente del Poder Judicial de la Ciudad de México, saludo también a las y los magistrados, a las y los jueces, a todo el personal administrativo del Poder Judicial de la Ciudad de México.
Y gracias presidente por tu amable invitación a celebrar este Día Internacional de la Mujer. Cada 8 de marzo es importante porque es reconocer a quienes han luchado por la igualdad y han conquistado espacios de participación en diferentes ámbitos de la vida social que antes estaban vedados.
La participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social sin ningún tipo de distinción es vital, no solo para asegurar el respeto a sus derechos a la igualdad y no discriminación, sino para permitir el desarrollo social, político y económico sostenible de las sociedades del mundo.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha en la que celebramos a las mujeres artífices de la historia que durante siglos lucharon por conseguir que la mujer participara en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
Hemos avanzado, hemos avanzado un largo trecho, pero sin duda aún falta otro largo camino, la lucha ya no consiste en que el derecho al voto de las mujeres sea reconocido, en que las mujeres puedan postularse como candidatas a puestos públicos, en que las mujeres puedan ser juezas y magistradas, o en que la Secretaría de Gobernación sea encabezada por una mujer.
Esas batallas ya las ganamos, las primeras mujeres ya rompieron techos de cristal y abrieron la posibilidad de que muchas más sigamos sus pasos.
La lucha ahora consiste en el derecho a ser votadas en un entorno libre de violencia política, consiste en postular a candidatas a puestos políticos con la misma frecuencia que se postulan a sus pares hombres; consiste en que las juezas y magistradas estén presentes en todos los tribunales de todas las materias y órdenes de gobierno.
¡Que vengan muchas más gobernadoras, jefas de gobierno, secretarias de Estado y por qué no decirlo, de la misma presidencia de la República!
Todas las primeras mujeres compartimos un sentimiento común, a lo largo de nuestras trayectorias profesionales siempre fuimos cuestionadas, se ponía en duda nuestra capacidad, constantemente estaba en el ojo público nuestra imagen antes que nuestro trabajo, teníamos que trabajar y tenemos que trabajar dobles jornadas y éramos las únicas responsables de las labores del cuidado de nuestras casas.
¿Por qué hay tanta insistencia en la presencia de mujeres en espacios públicos de decisión? Bueno, porque estas diferencias deben erradicarse, la presencia de mujeres en todos los ámbitos de la vida nacional debe ser la regla y no la excepción, y su presencia no debe acarrear tratos diferenciados injustificados.
Cerremos para siempre la etapa de primeras mujeres, demos la bienvenida a una época en la que como soñaban las primeras sufragistas, la mujer participa en la sociedad en pie de igualdad con el hombre.
El Poder Judicial tiene un papel especial en la tarea de lograr la igualdad de género en la vida nacional. Como ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de Nación comparto el sentimiento de profunda responsabilidad que implica la investidura de juzgar, como todas y todos ustedes.
Por eso exhorto a los miembros del Poder Judicial de la Ciudad de México y a todas las operadoras y operadores judiciales del país a desempeñar su loable labor con el ideal de una justicia sustantiva en mente.
Celebro que el Poder Judicial de la Ciudad de México se comprometa a impulsar a las mujeres para continuar con la construcción de igualdad de derechos y de oportunidades para todas.
Muchas gracias.