Voces del Periodista Diario

Solo un goteo queda de las mega marchas de la CNTE

La movilización en la Ciudad de México contra la reforma educativa se asemeja al goteo que queda después de que un vertedor ha expulsado torrentes y torrentes de agua. No es sólo que los profesores y sus simpatizantes reunieran ayer apenas a unas 650 personas en la marcha que se había anunciado como respuesta al desalojo que vivieron en días pasados. Antes que nada, hay una calma fatigosa, que evidencia la ausencia de nuevos bríos.
No hay nada comparable a la toma de plaza que, por semanas y semanas, hacían de la explanada del Monumento a la Revolución y la instalación de un verdadero Canudos, aquella ciudad perdida y contestataria que enfrentó en su momento el Estado Brasileño y que el escritor Mario Vargas Llosa utilizó para narrar “La guerra del fin del mundo”.
Las marchas del CNTE de otros años eran abundantes y un febril caudal de rápidos cambios de humor. Hoy los tiempos son de fatiga y fastidio.
La mañana es pesada, así que los primeros 300 profesores en llegar a la Alameda capitalina, las primeras 300 gotitas que han logrado negociar su acceso a la Ciudad de México (su moneda de cambio fue un bloqueo a la carretera México-Toluca), se dispersan en busca de las escuálidas sombras que brindan los árboles del lugar. La vista de la protesta se hace aún más lastimosa. Ni siquiera hay corte vial en Juárez hacia las 12:20 del día.
Los contingentes de Michoacán y Oaxaca, otrora poderosos, llegan con discreción. Con ellos empieza a formarse el contingente que marchará a la Secretaría de Gobernación. Los maestros son ahora gotitas ordenadas de cinco en fondo. Por primera vez en muchos años, es fácil contarlos: 5 filas de aproximadamente 35 profesores cada una en el caso de la sección chiapaneca; 5 filas con 19 profes para la sección 14 de Guerrero. Michoacán es por mucho la más numerosa, cerca de 65 profesores en cada fila, pero es apenas un remedo de los caudales de antaño. La actitud también lo es.
El muchacho que organiza a sus compañeros da la orden de partida. Un viejo pasa frente a ellos y les grita “¡Vivan las normales, ustedes son el futuro de México!”. Pero el futuro de México está asoleado, acalorado y no responden.
Lo que ha producido la CNTE en esta manifestación es apenas un hilacho de agua, corre todavía, pero lo hace sobre espacios amplios y vacíos que antes estaban llenos, sobre el cauce seco de lo que eran riadas incontrolables.
 
(Nota de Arturo Ramos Ortiz para La Cronica)

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