La tromba que cayó ayer por la tarde en la zona norte del Distrito federal, ocasionó inundaciones en toda el área cercana al metro Indios Verdes. Por lo menos cinco mil unidades del transporte público, entre microbuses y combis, quedaron paralizadas luego de la tormenta, que duró no más de 30 minutos. Decenas de personas quedaron varadas en el interior de las unidades y miles se encontraban a la espera del servicio público.
El conductor del microbus de la Ruta 107 que corre de San Pedro Santa Clara a Indios Verdes, Carlos Verduzco, de 19 años de edad, dio a conocer que fue una tromba “relámpago”, registrada como a las 4:30 de la tarde; se escuchó un fuerte tronido en el cielo, primero comenzó una lluvia normal de la época y después un aguacero que en pocos minutos se convirtió en una tromba que ocasionó inundaciones de toda esta zona.
Destacó que de inmediato varios de sus compañeros comenzaron a circular por entre las calles aledañas al metro Indios Verdes a fin de sacar de la avenida Insurgente las unidades del transporte público. Una anciana de unos 70 años de edad, agregó Carlos Verduzco, cayó entre el el el lado y el agua que descendía vertiginosamente de la zona alta de la zona.
Dijo que son miles de unidades varadas en la parte central del paradero de Indios verdes y, según reportes de sus patrón, Elpidio Mendoza, había cientos más estacionados a la salida de Insurgente con dirección a Pachuca.
La intensa precipitación, que afectó principalmente a la delegación Gustavo A. Madero, inundó parte de la autopista México-Pachuca, avenida Insurgentes y vialidades que la cruzan como Montevideo y Acueducto de Guadalupe.
Los encharcamientos paralizaron por completo el tráfico de la zona, por lo que elementos del cuerpo de bomberos llegaron al lugar para desazolvar los puntos más conflictivos.
El intenso tráfico se registró desde el paradero de Indios Verdes hasta la Glorieta de La Raza.
El propio jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, dio cuenta de las afectaciones en la zona, a través de su cuenta de Twitter.
El tráfico vehícular por la zona fue reactivado a las dos treinta de la madrugada; sin embargo, muchos de las unidades que quedaron bajo el agua, no pudieron ser movidos de la zona, por problemas en sus motores.
Gerardo Bono González