El hombre, enfermo en fase terminal, pidió como última voluntad ser trasladado a su trabajo para despedirse de sus compañeros y de sus animales, con los que tantos momentos había compartido.
Mario, que es discapacitado psíquico, ha trabajado en el zoológico de Diergaarde Blijdorp, desde hace 25 años.
Al llegar al espacio de las jirafas, a las que durante años, Mario las alimentó y limpió, uno de los animales se le acercó hasta la camilla, donde yacía y le acarició la cara, como un beso o una caricia.
La imagen fue comentada por la organización que coordinó la visita de Mario, que lo trasladó en ambulancia para cumplir su último deseo.
“Los animales lo reconocieron y se sentía que las cosas no estaban bien para él. Fue un momento muy especial “.
(Con información de Informativos TeleCinco)