Familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa se manifestaron en las instalaciones del 27 Batallón de infantería, en Iguala, Guerrero, donde intentaron ingresar para buscar a sus hijos, lo que originó que los militares se colocaran en la entrada e impidieran su acceso a las instalaciones.
Luego de marchar sobre las calles de Iguala, normalistas y familiares llegaron a las instalaciones exigiendo que se les dejara entrar, supuestamente para buscar a los estudiantes desaparecidos entre los días 26 y 27 de septiembre de 2014.
Los manifestantes forcejearon con los soldados, quienes cuidaron el ingreso. En respuesta, los normalistas lanzaron proyectiles e intentaron tirar la reja.
La policía militar, a cargo de la seguridad de las instalaciones, evitó la irrupción.
En un comunicado, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) señaló que los normalistas y padres de familia arrojaron piedras, cohetones y derribaron parte de una de las rejas de la puerta.
La dependencia señaló que aproximadamente a las 11:05 horas, el grupo de manifestantes llegó a las instalaciones castrenses para pedir que una comisión de derechos humanos pudiera ingresar en busca de los normalistas desaparecidos.
“Las personas concentradas frente al cuartel militar arrojaron piedras y cohetones al interior de las instalaciones, asimismo, derribaron parte de la reja de la puerta principal, sin lograr ingresar al campo militar”, informó la Sedena.
Al ser agredidos con proyectiles, el personal militar actuó para salvaguardar la integridad física del personal castrense y de sus familias, así como de las instalaciones.
La Sedena enfatizó que apegaron “su actuación, en todo momento, a lo establecido en el Manual del Uso de la Fuerza, de aplicación común a las tres Fuerzas Armadas y con estricto apego y respeto a los derechos humanos”.
Dijo que el Ministerio Público tomó nota de los hechos.
Con información de El Universal