MODERADOR: Preside este importante evento, Inauguración del Pabellón ‘Reina Roja’, del Museo de Sitio de Palenque ‘Alberto Ruz Lhuillier’, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador. Le acompañan:

El gobernador constitucional del estado de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas.

El gobernador constitucional del estado de Tabasco, Adán Augusto López Hernández.

La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero.

El director general de Instituto Nacional de Antropología e Historia, el antropólogo Diego Prieto Hernández.

El director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Rogelio Jiménez Pons.

El director del Proyecto Arqueológico Palenque del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el arqueólogo Arnoldo González Cruz.

El director del Museo de Sitio de Palenque ‘Alberto Ruz Lhuillier’, arqueólogo Miguel Ángel Vázquez Mercado.

La presidenta municipal interina de Palenque, Elizabeth Mora Villalba.

Asimismo, damos la bienvenida a los representantes de los medios de comunicación, a quienes nos siguen a través de las redes sociales en todo el mundo.

Sean todos bienvenidos.

Vamos a invitarles sean tan amables de ocupar sus lugares.

Escuchemos el mensaje de bienvenida a cargo del gobernador constitucional del estado de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas.

RUTILIO ESCANDÓN CADENAS, GOBERNADOR DE CHIAPAS: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; licenciado Adán Augusto Hernández, gobernador del estado hermano de Tabasco; licenciada Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura del Gobierno de México.

Arqueólogo Arnoldo González Cruz, director del Proyecto Arqueológico Palenque del Instituto Nacional de Antropología e Historia; Elizabeth Mora Villalba, presidenta municipal interina de Palenque; antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia; arquitecto Rogelio Jiménez Pons, director general del Fondo Nacional al Fomento al Turismo; arqueólogo Miguel Ángel Vázquez del Mercado, director del Museo del Sitio Palenque, muchas gracias.

Señor presidente:

Celebramos, estamos muy contentos que nos visite aquí a las ruinas, a esta majestuosa arquitectura del mundo maya. Y también, su visita al Templo de la Reina Roja rinde tributo a esta gran cultura de Chiapas, de esta gran civilización maya y del sur sureste del país. Esto demuestra su pasión por el estudio y el conocimiento de nuestras raíces ancestrales, y eso también nos motiva y nos lleva a conocer la grandeza cultural de nuestra querida nación.

Hoy es muy importante. Quiero comentarle que desde el día… Desde el mes de septiembre, se abrieron, se reaperturaron esta grandeza para ponerla a disposición de los visitantes nacionales e internacionales, gracias a la coordinación que tenemos con su gobierno, al entendimiento entre el INAH, la Secretaría de Cultura, con las autoridades de salud, educación, turismo y todas las demás que tienen que ver con esto. Y estamos trabajando bien afortunadamente, se cuida mucho la salud de los visitantes.

Queremos felicitarlo, señor presidente, porque, a pesar de esta pandemia del COVID-19, usted no ha bajado la guardia, no se ha quedado con los brazos cruzados, como decimos los chiapanecos, sigue marchando con paso gigante para sacar adelante a nuestra querida nación.

Y los chiapanecos no sólo le reconocemos, sino aprobamos todos sus generosos programas para Chiapas y para el sur sureste, porque ahora sí estamos viviendo una verdadera democracia, no solamente como una estructura jurídica o un cambio de régimen, sino como una forma de vida que procura el mejoramiento económico, social, político y cultural de México.

Muchas gracias, señor presidente.

Nosotros en Chiapas estamos muy contentos, porque con usted y con el pueblo ya estamos haciendo historia desde hace más de dos años y el que la Unesco haya reconocido a Palenque como patrimonio de la humanidad en 1987 sólo es justicia; y después, siete años después, en 1994, se descubre por arqueólogo chiapanecos -aquí presente su titular- la presencia de la Reina Roja. Y esto nos demuestra también el papel que jugaban las mujeres entre la gran civilización maya.

Por eso, señor presidente, estamos con usted, porque sabemos que todo este trabajo para ayudar a la gente que más lo necesita está impulsado por la Cuarta Transformación de la vida pública de México y por Chiapas, de corazón.

Le agradecemos este gran proyecto visionario del Tren Maya que, sin duda alguna, nos va a fortalecer aquí en Chiapas y con los estados hermanos del sur sureste.

Y también la gratitud del pueblo de Chiapas por las vacunas que nos están ayudando mucho. Gracias a que usted se adelantó, que procuró hacer estas grandes inversiones para este medicamento que alivia la difícil situación por la que estamos pasando del COVID-19, hoy Chiapas y México siguen de pie.

Muchas gracias por todo y lo seguimos esperando con mucho gusto. Sabemos que lleva usted a Chiapas en su corazón y Chiapas también lo quiere mucho.

Es momento de estar unidos, de marchar por la misma dirección, agarrados de la mano, como lo que somos, como hermanos, lo hagamos por nuestra querida patria para que el día de mañana nos sintamos orgullosos que con su liderazgo tengamos un México y un Chiapas para todas y para todos sin ninguna distinción.

Muchísimas gracias.

MODERADOR: A continuación, hace uso de la palabra el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el antropólogo Diego Prieto Hernández,

DIEGO PRIETO HERNÁNDEZ, DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA (INAH): Muy buenas tardes, señor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Mucho gusto de estar con todos ustedes en esta ocasión, igual que con todos los mexicanos e interesados en México y en el mundo maya que nos siguen a través de las redes y de los medios.

Se nos hizo, presidente. Ya inauguramos hoy el Pabellón de la Reina Roja, Tz’akbu Ajaw. En su tocado, por cierto, lleva a Chaac, deidad acuática, yo creo que Tz’akbu Ajaw debe de estar un poco contenta porque toda la noche llovió, toda la noche la señora saludó este evento, y la presencia de todas y todos ustedes.

A principio de 1994 se llevaron a cabo trabajos arqueológicos en el Templo 13 de Palenque, anexo al tempo de las inscripciones, como parte del Proyecto Arqueológico Palenque. El objetivo era conocer la secuencia constructiva y la forma como fue edificado el basamento sobre la falda del cerro que lo circunda.

Durante las excavaciones fue localizado un pasaje abovedado que conectaba a una subestructura integrada por tres cámaras alineadas de este a oeste.

La cámara central fue utilizada para depositar un entierro dentro de un sarcófago monolítico, acompañado de un singular conjunto de ofrendas.

Un análisis inicial determinó que se trataba de un entierro femenino, cubierto de cinabrio o sulfuro de mercurio de color rojo intenso, así como un ajuar con numerosas piezas distribuidas alrededor de la osamenta.

El 18 de abril fue descubierta la tumba, ‘¡un tumbón de pocas tuercas!’, como se lo describiera el responsable del proyecto, Arnoldo González aquí presente, a la entonces directora del INAH, María Teresa Franco, generando una enorme movilización que, por cierto, fue registrada por el cineasta Epigmenio Ibarra que tiene, parece ser, más o menos 100 horas de filmación de todo el proceso de descubrimiento.

A partir de este descubrimiento, y dada la poca evidencia disponible hasta el momento, se le llamó ‘Reina Roja’ por poseer los atributos de un alto dignatario y por el color rojo del cinabrio con que fueron cubiertos los restos mortuorios de la mujer.

Estudios posteriores al hallazgo permitieron postular que el personaje inhumado en el sarcófago corresponde a la señora Tz’akbu Ajaw, a quien las evidencias epigráficas señalan como la consorte de Pakal ‘el Grande’, el gobernante más importante de la ciudad entre los años 615 y 683 de nuestra era. Imagínense la cantidad de años que duró su reinado.

Una serie de inscripciones alusivas a Tz’akbu Ajaw nos permite saber que no era originaria de Palenque, sino de Ox Te’K’uh, lugar de los dioses del árbol, cuya localidad no ha sido ubicada arqueológicamente, aunque existen indicios de que estaba situada al oeste de palenque, entre las llanuras de Tabasco y las estribaciones de la sierra norte de Chiapas, supongo que por eso están ambos gobernadores.

Según las fuentes epigráficas, la señora Tz’akbu Ajaw falleció el 13 de noviembre de 672 y sus restos fueron depositados en la subestructura conocida como Templo 13 junto al Templo de las Inscripciones, donde 11 años después de la muerte de la señora sería inhumado K’inich Janaab Pakal o Pakal ‘el Grande’, el 28 de agosto de 683, cuya tumba fue encontrada por Alberto Ruz Lhuillier en 1952 en uno de los hallazgos más importantes de la arqueología mundial, por eso, este Museo de Sitio lleva su nombre.

Como corresponde a su rango, la señora Tz’akbu Ajaw fue sepultada con gran ceremonial dentro de un sarcófago de piedra acompañada de una serie de ofrendas y un espléndido ajuar, de modo que pudiera estar preparada para el largo viaje que le aguadaba a Xibalbá, el Mundo de los Muertos.

Las similitudes con el famoso sepulcro de K’inich Janaab Pakal, en el contiguo Templo de las Inscripciones, son notables; sin embargo, a diferencia de la majestuosa decoración y profusión de inscripciones que adornan el sepulcro de Pakal, la cámara de la Reina Roja sorprende por su sencillez y carencia de cualquier texto.

Sobre la tapa se hallaron los restos de un incensario, probablemente empleado durante el ritual de enterramiento, el cual cubría una abertura circular practicada sobre la losa, el psicoducto, un canal que permite al alma de la difunta abandonar su cuerpo e iniciar su viaje al inframundo.

Cabe hacer notar que, de la misma manera que en el sepulcro de Pakal, en este se encontraron las osamentas de otros individuos, seguramente sacrificados para servir como acompañantes de la gobernante en su viaje a Xibalbá

Del ajuar funerario que acompañaba a la osamenta, la primera pieza que salta a la vista es una valva o concha de spondylus, en cuyo interior se encontraba una pequeña en cuyo interior se encontraba una pequeña figurilla de piedra caliza tallada a manera de representación de la Reina Roja. Se trata de una apelación simbólica al mundo primigenio concebido como un ambiente acuático, femenino y nocturno, mientras que la figurilla tendría la función de conservar la imagen de la reina para que pudiera ser identificada en la posteridad.

La reina fue sepultada con un tocado conformada por 103 teselas hechas principalmente de un material conocido como onfacita, once de concha y 37 de caliza finamente talladas y que en su conjunto componen una representación de Chaac o dios narigudo, deidad acuática por excelencia.

Debajo del tocado se halló una diadema doble constituida por pequeños discos, un collar y dos orejeras. Por debajo del tocado y la diadema, colocada parcialmente sobre el rostro se encontraba la pieza principal del ajuar, una máscara que consta de 116 piezas, de las cuales 110 son de malaquita, dos de obsidiana y cuatro de jadeíta blanca.

La principal característica de dicha máscara es la sorprendente naturalidad de sus rasgos faciales, de modo que los artistas mayas lograron reproducir las características del rostro de la Reina Roja con enorme fidelidad.

Sobre el tórax se encontraba una prenda distintiva de la realeza maya, el kub, una capa tejida que le cubría el pecho y los hombros. En este caso el atavío estaba decorado con más de 170 pequeños discos de jadeíta, onfacita y albita, y una mezcla de ellos rematando en la parte central inferior en un pequeño rosetón complementado con una cabecita de mono.

Localizadas entre ambos fémures de la osamenta y en su momento sujetas a la cadera por medio de un cinturón se encontraban tres placas de piedra caliza en forma de achuela, con una pequeña perforación en uno de sus extremos.

De acuerdo con las imágenes en estelas, pinturas y tableros, estos objetos formaron parte del ajuar de la realeza maya desde tiempos remotos; además, junto a la mano izquierda de la mujer se colocó una segunda máscara más pequeña, conformada por 120 teselas de cuarzo verde, dos de obsidiana y cuatro de concha.

Por su trabajo y características, esta máscara debió formar parte del cinturón, pero por alguna razón los enterradores decidieron ponerla junto a su mano izquierda al este del sarcófago, del lado del Sol, representado por el color rojo.

Gran parte de esta información ha sido posible gracias al trabajo combinado de los arqueólogos y los epigrafistas que han podido dilucidar las claves de la escritura maya, como es el caso del lingüista soviético Yuri Knórosov, el gran descifrador del sistema maya de escritura y a quien le han seguido muchos investigadores nacionales y extranjeros, como nuestro apreciado colega Guillermo Bernal Romero, recién fallecido apenas el 4 de marzo pasado.

Guillermo durante varios años fue parte del Proyecto Arqueológico Palenque aportando valiosas contribuciones al conocimiento de la historia y narrativa de esta gran ciudad maya, y fue también director de este museo de sitio.

Antes de su lamentable pérdida, precisamente el arqueólogo o el doctor Bernal Romero perfeccionó el nombre de la Reina Roja de Palenque a quien llamamos ahora Tz’akbu Ajaw, Señora de las Sucesiones.

En 1997, los restos óseos de la Reina Roja y de sus acompañantes fueron enviados a los laboratorios de Antropología Física del INAH en la Ciudad de México para su estudio, obteniendo resultados iniciales en 2002.

A finales de ese año se concluyó la restauración de la máscara facial de malaquita y de la pequeña máscara de mosaico.

A fines de 2016 fueron solicitados varias piezas de Palenque para la exposición ‘Golden Kingdoms: Luxury & Legacy in the Ancient Americas’, organizada por el Getty Center de Los Ángeles, California, incluyendo cinco objetos provenientes de la tumba de la Reina Roja.

Pero también existía el interés por exhibir otros dos objetos, el tocado y el pectoral, que no estaban en condiciones de ser presentados en la muestra, pues no estaban restaurados. Entonces, los organizadores propusieron un convenio con el INAH para llevar a cabo los trabajos de restauración de estas piezas con fondos de la Fundación Getty. La restauración inició a finales de julio de 2017 y concluyó en diciembre del mismo año.

A su regreso de la exposición en California y Nueva York, el Museo del Templo Mayor en la Ciudad de México presentó una exposición temporal, donde por primera vez en nuevo montaje fue reconstruido el ajuar funerario de la Reina Roja, con su tocado, la máscara facial y el pectoral, usando como soporte un maniquí.

Quién iba a imaginar que mil 345 años después de su muerte, Tz’akbu Ajaw, la señora gobernante de las sucesiones visitaría la capital mexica, ciudad que no existía cuando ella gobernaba Lakam Ha’ en el siglo VII de nuestra era, siendo visitada entonces por decenas de miles de capitalinos y turistas que se agolparon para ver ese prodigio. Seguro que fue un presagio de los cambios que se avecinaban en el cemanahuatl.

Posteriormente, la exposición visitaría el Museo Regional de Chiapas en Tuxtla Gutiérrez y el Museo de los Altos de Chiapas en San Cristóbal de las Casas, antes de su regreso a su casa y su montaje definitivo que ahora inauguramos en el Museo ‘Alberto Ruz Lhuillier’.

Con la inauguración de este Pabellón de la Reina Roja de Palenque, Tz’akbu Ajaw, el INAH, siempre de la mano de la Secretaría de Cultura y con el apoyo permanente y entusiasta del Gobierno de México acredita su vocación de investigar, proteger, salvaguardar, difundir y favorecer el disfrute social del patrimonio cultural de todos los mexicanos, contribuyendo de esta manera a las transformaciones históricas que México necesita y que entre todas y todos estamos llevando a cabo desde el 1º de julio de 2018.

Enhorabuena.

MODERADOR: Escuchemos a continuación a la secretaria de Cultura, licenciada Alejandro Frausto Guerrero.

ALEJANDRO FRAUSTO GUERRERO, SECRETARIA DE CULTURA: Muy buenos días a todas y a todos. Es un honor estar aquí en Palenque con su presencia, señor presidente.

Saludo con mucho afecto a los gobernadores Adán Augusto Rutilio, gracias por su anfitrionía; presidenta Elizabeth, un gusto; por supuesto a quienes han estado al frente de este proyecto, Arnoldo, Miguel, Rogelio, gracias por estar acompañándonos; Diego.

Estamos aquí en Palenque, lugar donde las ceibas y sus raíces han convivido por años en los entierros de donde provienen los más extraordinarios descubrimientos.

Estamos aquí, donde Pellicer decía: ‘La civilización maya alcanzó su mayor refinamiento gracias a que fue posible el perfecto equilibrio entre el hombre y su obra y al respeto que tuvo éste para el escenario magnifico en el cual la desarrolló. Por eso, nada es tan bello, nada hay tan poético en el mundo maya como Palenque’.

Hoy venimos a abrir de nuevo la casa de la Reina Roja, Tz’akbu Ajaw, la reina que será símbolo ancestral de la mujer contemporánea, como lo fue en su momento de la cultura maya.

No es el único lugar en donde se encuentran espacios prehispánicos dedicados a la mujer. Tenemos, por ejemplo, Xochitécatl, en Tlaxcala, frente a Cacaxtla, un sitio que está justamente alineado con La Malinche e Iztaccíhuatl, todas las figurillas que se han encontrado y las representaciones en este espacio son femeninas, son las protectoras de la vida, son las generadoras de ella, la fertilidad.

Está también el monolito recién descubierto que representa a una joven gobernante en la Huasteca veracruzana, llena de fuerza y misterio, como la misma Coatlicue.

Esta Reina Roja será inspiración y símbolo para las niñas, jóvenes y mujeres mayas de hoy, pero también para las ayuuk, para las nahuas, para las chichimecas, para las hñahñus, para las zapotecas, para yaquis y paipay, para las totonacas, amuzgas y afro, para las poetas, las artesanas, las pintoras, las maestras y campesinas. Para las mujeres de México, soberanas, soberanas protectoras y transmisoras de su cultura, soberanas generadoras de unión y construcción, soberanas de su pensamiento, soberanas de su palabra, soberanas de su comunidad, soberanas de su familia, soberanas de su cuerpo.

Esta Reina Roja será símbolo para las mujeres, todas nosotras, las mujeres de México.

Quiero agradecer a todas las personas involucradas en la investigación, en las excavaciones, en la antropología, en la arqueología, en la antropología física, en la restauración y custodia que dieron lugar a este extraordinario descubrimiento.

Gracias a todo el personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia; gracias, Diego Prieto, porque desde la dignificación de estas zonas podremos recibir orgullosos a quienes las visiten a partir del mayor corredor cultural que se haya creado, que es su proyecto, señor presidente, el Tren Maya. Un proyecto de futuro para el antes olvidado sur sureste.

Los palencanos y los palencanas están muy contentos, aquí tenemos testimonio de ello, querida Josefa, de que la Reina Roja está en su casa, que quede aquí, que la conozcan, que sepan de su cultura a través de ella.

Un 8 de marzo de hace 50 años la chiapaneca Rosario Castellanos decía: ‘Libramos una batalla que, al ganarse, está gestando seres humanos más completos, uniones más felices, familias más armoniosas, una patria integrada por ciudadanos conscientes para quienes la libertad es la única atmósfera respirable; y el amor, el único vínculo indestructible que los une’.

Señor presidente:

Gracias por abrir la puerta de regreso a casa de la Reina Roja, soberana de estas tierras; y gracias, gracias por haber lucha siempre por la libertad que ahora se ejerce y no sólo se anhela.

Buenas tardes. Gracias.

MODERADOR: Damas y caballeros, escuchemos el mensaje que nos dirige el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, paisanas, paisanos:

Me da mucho gusto participar en este acto de la apertura del sitio aquí, en este museo para la Reina Roja. Es todo un acontecimiento.

Palenque, este gran sitio, esta gran zona arqueológica del mundo maya.

Aquí llegaron exploradores desde el siglo XIX y se descubrieron estos templos, y hay testimonio de ello. Todos los viajeros que visitaban México en ese entonces tenían un interés especial por Palenque. Dibujos que se hicieron del estado en que se encontraban los templos en ese entonces, de europeos.

Aquí inicia la exploración arqueológica. Aquí llega -estando encargado de educación y de cultura el maestro Justo Sierra. Viaja a Frontera desde Veracruz por barco, y de Frontera a Chablé, también embarcado por el río Usumacinta, y luego a caballo hasta Palenque.

Y muchos otros viajeros.

El gran escritor Graham Greene, el de El poder y la gloria, el de Los caminos sin ley, pasa por Palenque.

Y aquí está por eso ese gran arqueólogo Alberto Ruz, el descubridor de la tumba de Pakal, a principio de los 50. Gran arqueólogo, pero se le escondió la Reina Roja. Junto al Templo de las Inscripciones en donde se descubre la tumba de Pakal se encuentra esta otra tumba, la de la Reina Roja.

Es importante también recordar que el museo de sitio en la zona arqueológica lo montó el maestro Carlos Pellicer, lo contrató Alberto Ruz con ese propósito y aquí estuvieron viviendo en el campamento de la zona arqueológica para recuperar esto, que también fue visitado en su momento por ‘el Che’ Guevara, antes de acompañar a Fidel Castro y a otros revolucionarios para ir a Cuba en el Granma, antes de eso ‘el Che’ visita el sureste y aquí escribe un poema, y dice que Palenque es ‘el joyal de América’.

Pues esto es lo que estamos ahora constatando, esto es lo que venimos a recordar, este sitio, esta zona arqueológica importantísima, fundamental y este hallazgo que se logró por la participación de los gobiernos de ese entonces, 1994, y sobre todo por la participación de los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Arnoldo González Cruz, que está aquí con nosotros; él encabezó la exploración y él merece un aplauso. Le pedí que tomara la palabra o mejor dicho lo invité, me dijo que mejor nos va a guiar a ver la Reina Roja.

Y recuerdo que leí un libro de Adriana Malvido sobre la historia de cómo encontraron este entierro y los momentos tan emocionantes que vivieron. Y Adriana Malvido habla de mujeres que te acompañaron, también arqueólogas, estudiantes que estaban llevando a cabo sus prácticas en Palenque, también para ellas nuestro reconocimiento.

Agradecer también y recordar a quien participó y estuvo muy interesado por este hallazgo: a Carlos Payán y, como se ha mencionado, a Epigmenio Ibarra. A todos agradecerles, porque dejan aquí, en Palenque, con este descubrimiento, un atractivo de primer orden para visitantes de México y del extranjero.

Aquí está pues la Reina Roja en su sitio, gobernando, mandando. Porque hay hombres y mujeres que no se mueren, nada más cierran los ojos y se quedan velando, y siguen gobernando con su ejemplo, así es el caso de la Reina Roja.

Muchas gracias a todas y a todos.

MODERADOR: Pedimos al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y a los integrantes del presídium lleven a cabo el corte de listón inaugural del Pabellón de la ‘Reina Roja’.

(CORTE DE LISTÓN)

MODERADOR: Solicitamos guardar el debido respeto para entonar nuestro glorioso Himno Nacional mexicano.

(HIMNO NACIONAL)

MODERADOR: A continuación, se llevará a cabo el recorrido por el Pabellón de la ‘Reina Roja’, guiado por el director del Proyecto Arqueológico Palenque del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el arqueólogo Arnoldo González Cruz.