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La prevención funcionó: expertos; se levanta la alerta en Jalisco, Colima y Nayarit

Tras el impacto del huracán Patricia, el más peligroso del que se tenga registro, el saldo ha sido blanco, de acuerdo con autoridades federales y estatales.

A decir de expertos en meteorología y ciencias de la atmósfera consultados, la prevención, la barrera natural de la Sierra Madre Occidental y una “depresión barométrica” fueron la clave para evitar mayores daños.

David Adams, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM; Miguel Ángel Gallegos Benítez, jefe del Centro Meteorológico Regional del Valle de México, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), y Leodegario Sansón, presidente de la Organización Mexicana de Meteorólogos, coincidieron en que fueron adecuadas las alertas a la población y los refugios.

Especialistas de la Agencia Espacial estadunidense (NASA, por sus siglas en inglés) confirmaron lo mencionado por los expertos en México y, en un artículo, se dijeron sorprendidos de que Patricia no haya sido catastrófico.

Ayer, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que “no hay daños ni afectaciones de consideración mayor. La población se puso a salvo”. Anunció que se levantó la alerta en Jalisco, Colima y Nayarit, que las carreteras federales, puertos y aeropuertos ya operan con normalidad y que cuenta con electricidad 50% de los usuarios afectados.

Explicó que se realizan los trabajos de cuantificación para emprender las acciones de reconstrucción.

Sierra debilitó a Patricia: expertos

México y el mundo temían una catástrofe por la embestida del huracán Patricia, el cual se dijo era el más poderoso, pero éste apenas causó daños.

Expertos estimaron que la barrera natural de la Sierra Madre Occidental, su cruce con una depresión barométrica y la prevención fueron la clave para evitar daños mayores.

Y que aunque Patricia es el primer huracán que tocó suelo mexicano con categoría 5, su paso fue rápido, no se estacionó en la costa y se debilitó rápidamente al chocar con las montañas, ocasionando daños no devastadores.

Especialistas en meteorología y ciencias de la atmósfera coincidieron en que, justamente, esa barrera de la naturaleza frenó los daños que pudo haber causado el huracán más peligroso de la historia.

Las acciones preventivas también evitaron que los daños fueran devastadores en nuestro país, porque se tomaron medidas inmediatas para alertar a la población, refugiarla en albergues y alejarla de la zona de riesgo.

Pese al peligro que representaba, por la fuerza que adquirió en menos de 10 horas, la velocidad de los vientos y la temperatura del mar, el huracán Patricia pasó muy rápido por las costas de Jalisco y Colima, dirigiéndose hacia el norte, sin devastar.

“Fue de mucha suerte lo que pasó, pues la manera como tocó tierra no causó desastre, pero si lo hubiera hecho en una zona más poblada o si se hubiera estacionado, tal vez los daños habrían sido devastadores. Pero fue pura suerte que no haya llegado a mayores”, aseveró David Adams, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

Enfatizó que la gente no debe pensar que se exageró en la prevención, pues la intensidad del ciclón vislumbraba un paso destructivo, pero “de pura suerte” otros factores naturales le hicieron perder intensidad.

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Insistió en que las montañas funcionaron como barrera natural que lo debilitó más de lo esperado, y como no se estacionó, sino que pasó rápido, los daños no fueron severos.

Con él coincidió Miguel Ángel Gallegos Benítez, jefe del Centro Meteorológico Regional del Valle de México del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), quien explicó que “la misma naturaleza debilitó al sistema: la sierra fue un elemento importante para que el ciclón se deshiciera y perdiera fuerza, pues el viento estaba en los niveles más bajos y fue una pared natural”.

Esto no podría pasar en Cancún o en Culiacán, porque son regiones planas; no hay montañas que sirvan de barreras naturales y por eso es que Gilbert, en 1988, y Wilma en 2005, por ejemplo, fueron devastadores en la Península de Yucatán, donde tocaron tierra con categoría 4.

Patricia tocó suelo siendo categoría 5, fenómeno que en el país nunca había pasado y por ello los expertos estimaban que sería catastrófico, pero la prevención y los factores naturales ayudaron a disminuir los efectos negativos.

Leodegario Sansón, presidente de la Organización Mexicana de Meteorólogos, detalló que la interacción de Patricia con una vaguada, una línea de presión baja que se extendía de norte a oeste, se llevó parte de su nubosidad y “aceleró el movimiento del ciclón hacia el noreste”, desviándolo hacia la Sierra Madre.

Esto hizo que los vientos fuertes no pasaran de la costa, y que en seis horas el fenómeno disminuyera su potencia desde 325 kilómetros por hora hasta 160 km/h.

Además, Patricia tenía un área “muy concentrada” de vientos máximos con un radio de 50 km frente a los 300 km de radio que tuvieron los vientos de Gilbert en 1988.

Otro factor fue la baja población en zonas costeras de Jalisco y Colima y la evacuación a tiempo de zonas turísticas, como Vallarta y Manzanillo.

 

 

Con información de Excélsior

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